Quizás no hoy, pero sí en el futuro: los procesadores móviles podrían ser el cerebro de los grandes supercomputadores. La idea suena algo descabellada, pero a esa conclusión llegó un grupo de investigadores del Barcelona Supercomputing Center, publicada en el paper titulado ”Are mobile processors ready for HPC?” (¿Están listos los procesadores móviles para HPC?).
La teoría de la propuesta es relativamente simple, y se basa en la evolución de los supercomputadores a lo largo de la historia. Hacia la primera mitad de la década de los 90, los supercomputadores más rápidos montaban en su interior procesadores vectoriales; luego, estos fueron reemplazados por chips RISC más baratos como los de la serie Power, de IBM. Y estos a su vez fueron dejados de lado en favor de los actuales Intel Xeon o AMD Opteron.
Los investigadores creen que ese patrón podría seguirse repitiendo en el futuro. Los procesadores vectoriales fueron reemplazados por los RISC porque estos últimos eran más baratos y eficientes. El siguiente “cambio generacional” se realizó en base a la misma propuesta, entrando en funcionamiento los Opteron y los Xeon. Y el futuro podría ver como los chips con arquitectura ARM tomen el relevo.
En el estudio, se comparó el rendimiento de tres procesadores: Tegra 3 a 1.7 GHz, Exynos 5250 a 1.3 GHz, y Core i7-2760QM a 2.3 GHz. Las pruebas (realizadas con servidores construídos con dichos procesadores), indicaron que los basados en ARM fueron efectivamente más eficientes que el Core i7 en rendimiento de un solo núcleo; estos, además, se pueden “escalar de forma efectiva en ambientes HPC”. Si se trata de multinúcleo, los chips ARM llega a los mismos niveles de eficiencia que el chip de Intel, aunque este último es más eficiente que los otros dos al llegar a su nivel más alto de rendimiento.
Los procesadores móviles de actual generación no están preparados aún para este tipo de computación de alto rendimiento. Sin embargo, se indica que sus limitaciones son simplemente “problemas solucionables”; por ejemplo, las cubiertas térmicas no han sido diseñadas para funcionamiento sostenido a su máximo potencial. Eso sí, se viene una nueva oleada de procesadores ARM que debería resolver todas las limitaciones identificadas.
El documento cierra con la siguiente frase: “Hay que alistarse para el cambio, antes de que este suceda”. El estudio completo lo pueden encontrar en el enlace de más abajo.
Fuente: Are mobile processors ready for HPC? (vía PC World)