Sabemos que la estrategia corporativa no es más que un mecanismo mediante el cual las organizaciones implementan de forma secuencial y constante un programa enfocado en el alcance, crecimiento y posicionamiento de la compañía. Es decir, estamos frente a un plan diseñado precisamente para conducir la dirección de la organización y ejecutar tareas, priorizar el cumplimiento de logros e incluso formar a la plantilla. Los proyectos son esencialmente motores que propulsan la realización de esta estrategia y sirven como punto de lanza para poner a prueba la funcionalidad de la organización. Bajo esta misma óptica podemos afirmar que se gesta la definición del futuro de la entidad, teniendo en cuenta que gracias al diseño, ejecución y evaluación se dan la posibilidad del fracaso o el éxito en la compañía. En ese mismo orden de ideas hay que argumentar que un buen proyecto realizado con calidad y precisión debe ser el punto de partida más conveniente para la materialización de lo que ha sido previamente analizado. Es decir, el proyecto no es solo una herramienta decisiva para la estrategia corporativa, sino que además sirve como propulsor de la misma.
Un buen proyecto busca el conocimiento de todos los integrantes de la organización, para que además de saber sobre lo venidero, asuman de manera conjunta el desafío que viene y lo reciban preparados y encauzados todos a un fin en común, de manera que la eficacia del plan no está solo sobre los hombros de los dirigentes o cúpula de poder, sino que es un factor que inmiscuye a todos con un deseo integrado en la esencia más pura de la entidad. La estrategia corporativa puede nutrirse de aspectos que, a priori, se ven básicos y elementales, pero justifican en gran medida la eficacia o no de la misma. De forma que resultan más importantes de lo que parecen. Establecer parámetros como: misión, visión, valores, objetivos, proceso de implementación, dirección estratégica, formas de comunicación y la evaluación de los resultados es esencial.1Estos elementos son, en conjunto, un organigrama que nos ayuda a ser mas productivos, competitivos y manejar bien el tiempo.
Indudablemente visto lo visto, se hace necesario mencionar que, además de analizar de manera objetiva e integral la estrategia corporativa, hay que hacer hincapié en el proyecto, por ende, el establecimiento de una gestión de proyectos se hace sustancial. En otras palabras, sí queremos la materialización de una excelente estrategia corporativa hay que tener mucho cuidado y atención por la creación y puesta en en práctica de un proyecto que sea adecuado, plausible y eficaz. Todo esto es un fundamento prolífico que nos ayuda no solo a entender la situación de la organización, sino también formar perspectivas que se orienten bajo un escenario realista y visible, pero fomentado bajo la consigna de cumplimiento y reforzamiento de metas. La sostenibilidad es, sin dudas, un punto especial, ya que aquí entendemos que con miras en los logros debemos tener principios muy claros y objetivos que integren de forma ecuánime lo cuantitativo y lo cualitativo en la búsqueda de lo establecido.
La alineación que los proyectos deben tener con la estrategia corporativa de la organización para que estos se den es otro aspecto clave. Un buen proyecto no es solo aquel que integra las diversas áreas de la organización y las analiza en búsqueda de mejora, sino que también debe estar acorazado y protegido contra peligros inminentes que puedan sobrevenir tanto de forma exógena como endógena sobre la entidad. También debe estar previsto y dotado de medios y recursos que puedan predecir y estar al tanto del contexto y situación temporal y socio-espacial. Para esa materialización que deseamos es también trascendental conocer componentes ligados a rubros como el político, económico, financiero y cultural del entorno en el cual está nuestra organización. Trazar metas en el tiempo es también un punto enérgico de gran validez y connotación.
En su libro “Sistematización de la Función Comercial. Cómo integrar con éxito su estrategia corporativa”, el experto Carlos Martín afirma que las decisiones de estrategia corporativa son esenciales y deben estar orientadas a aspectos relacionados con el marketing, a los sistemas de información y dimensión de la gestión comercial y a la agilización del sistema comercial. El autor propone además un esquema de sistematización de actualización comercial dinámico y plantea la prontitud de una reflexión estratégica de los modelos de gestión.2A su ver la planificación estratégica es la pieza central y más importante para desarrollar estrategias corporativas. Por su parte un artículo publicado en la revista científica pensamiento y gestión, por Cecilia Ramírez ubica a la estrategia corporativa como el factor más importante en el desarrollo de un producto. Desde su óptica es crucial que cada organización sepa a profundidad en donde se encuentra (en cuanto al cumplimiento de sus logros), qué puede ofrecer, qué puede hacer y el establecimiento de un nicho.3Pedro Parada y Marcel Planellas de la ESADE Business School plantean la necesidad de la cadena de valor, la diversificación, alianzas estratégicas, enfoque estratégico, innovación estratégica, alineamiento estratégico y disciplina financiera como motores del crecimiento, consolidación de un proyecto que se materializa de forma provechosa en la estrategia corporativa.4
Joan Costa pone sobre la mesa la preponderancia que debe tener la idea de identidad corporativa a la hora de desarrollar los proyectos en estrategias corporativas de cada organización, ya que agrega un matiz especial que trasciende más allá del plano empresarial u organizativo.5Precisamente sobre ese valor corporativo, los expertos Rene Aponte, Fernando Muñoz y Laura Álzate erigen a la evaluación financiera de proyectos como uno de los mayores aportes para la generación de dicho valor. Una organización que se enfrenta a un proyecto encaminado a la estrategia corporativa debe tener en cuenta todos estos componentes ya que ayudan a formular, evaluar e implementar formas de inversión que a su vez germinen en resultados guiados hacia espacios beneficiosos y fructíferos para la entidad.6
El Project Management Institute publicó el libro “Guía de los fundamentos para la dirección de proyectos” que nos permite entender de forma clara y enfática esta temática. Vemos estándares, pautas y normas que nutren el acervo y estudios en torno a este punto. Podemos aplicar un código de ética y conducta profesional, la relevancia de la dirección de proyectos y su relación con los proyectos, programas, portafolios y operaciones. Percibimos los factores ambientales de una empresa, los EEFs internos y los EEFs externos a la organización, los activos de los procesos de organización, los sistemas organizacionales, las competencias del director de proyectos, su integración, el desarrollo de puntos como el acta de constitución del proyecto, plan para la dirección y gestión del trabajo. Por supuesto llegamos a la gestión del conocimiento del proyecto, que es esencial. Apreciamos en este punto el monitoreo y control del trabajo del proyecto, el control integrado de cambios y el cierre de proyecto o fase. También nos presenta la importancia de la gestión del alcance del proyecto, la cual debe ser planificada, además de gestionar el cronograma del proyecto, los costos del mismo, su calidad, sus recursos y sus riesgos. La gestión de adquisiciones es elemental porque nos sitúa en un punto de mira amplio y reflexivo que nos lleva a la gestión de los interesados en el proyecto como tal. En ese sentido es importante tener grupos de procesos de inicio, de planificación, de ejecución, monitoreo y de cierre.7
Los entes reguladores y emisores de la información financiera y contable a nivel internacional nacen con la función de estandarizar y facilitar a nivel global diversos aspectos, procedimientos y normativas concernientes a este campo tan relevante e importante en nuestros días.8Los procesos de convergencia, la globalización y las nuevas tecnologías son motores que propulsan estos ideales que son ahora parte del día a día de profesionales en la materia.9Los antes llamados estados financieros, son ahora información financiera, y su efectividad en la toma de decisiones en espacios de inversión de capitales posibilita su expansión.10
Podemos concluir mencionando que los proyectos son piezas cruciales y centrales para materializar la estrategia corporativa de una organización, su importancia radica no solo en su orden, sino además en su precisión y protección frente a amenazas que pudiesen presentarse en la puesta en marcha de la misma. Los expertos mencionan la necesidad del valor añadido que supone para la eficiencia de dicho proyecto su mejor desarrollo y realización. La alineación que estos proyectos deben tener con la estrategia corporativa de la organización para que esta se lleve a cabo debe justificarse bajo parámetros sociales, económicos, políticos y culturales. Debe entender no solo la realidad de la organización y tener clara las metas y cumplimiento en el tiempo sino además debe perfilar de forma congruente y consecuente el entorno sobre el que se va a dar la estrategia.
El proyecto es un plan, y por ende debe ser claro, viable y preciso. Gestar dinámicas frente a este y su cumplimiento es una labor de todos los miembros de la organización. Los proyectos son procesos de cambio, ideados con el deseo de mejora y ceñido a caracteres de innovación, adaptación e incluso reorganización. Deben crear valor para la empresa y tener una metodología bien establecida y que permita, entre otras cosas, reducción de riesgos, control de costos, mayor productividad en el tiempo y garantía de calidad y control.11La alineación de los proyectos con la estrategia corporativa es trascendental ya que si un proyecto no está alineado con ésta, podría significar pérdidas económicas y menor eficacia del proyecto. Para que un proyecto tenga éxito debe priorizar que puntos están incongruentes entre la teoría y la práctica y entre la dimensión del proyecto sobre la marcha y la estrategia corporativa en sí misma. En otras palabras, la meta central del proyecto debe ser el mismo estandarte sobre el que se erige la estrategia de toda la organización, por ello es importante que cada área de la misma esté de forma mancomunada trabajando para el mismo fin, aunque sus tareas no sean esencialmente las mismas. Esta alineación se logra a través de un claro entendimiento entre los ejecutivos de la organización, sus empleados y las exigencias del mercado.
Las organizaciones que llegan a buen puerto son aquellas que conocen en totalidad su proyecto y este se ajusta a parámetros sociales claros. La ejecución satisfactoria de los proyectos es entonces una labor de todos, pero que debe tener una buena dirección, un reconocimiento de las realidades, del entorno y por supuesto, del mercado. La madurez en la gestión de los proyectos, el talento humano y la explotación de las capacidades humanas de los integrantes de la organización son pilares que marcan la diferencia entre una organización que logra cumplir de forma positiva sus proyectos alineados a su estrategia corporativa y los que no.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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GUAJARDO CANTÚ, G., & ANDRADE DE GUAJARDO, N. E. (2008). Contabilidad financiera. McGrawHill: México.
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MANTILLA, S.A. (Ed.). (2013) Estándares/normas internacionales de información financiera (IFRS/NIIF). Ecoe Ediciones.
PARADA, P., & PLANELLAS, M. (2007). ¿Qué es estrategia corporativa? Harvard Deusto Business Review, (153), 34.
PROJECT MANAGEMENT INSTITUTE (2017). Guía de los fundamentos para la dirección de proyectos. ISBN 9781628253900.
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PÁGINAS WEB CONSULTADAS
La Gestión de Proyectos como herramienta estratégica de la empresa. Salinero Pampliega. Consultado el martes 16 de marzo del 2021. https://salineropampliega.com/2014/06/la-gestion-de-proyectos-como-herramienta-estrategica-de-la-empresa.html
Los 8 elementos básicos para diseñar una estrategia corporativa exitosa. Consultado el martes 16 de de marzo del 2021. https://blog.acsendo.com/los-elementos-clave-para-disenar-la-estrategia-corporativa/
1Los 8 elementos básicos para diseñar una estrategia corporativa exitosa. Consultado el martes 16 de de marzo del 2021. https://blog.acsendo.com/los-elementos-clave-para-disenar-la-estrategia-corporativa/
2De Carlos Martín, F. D. B. (2008). Sistematización de la Función Comercial. Cómo integrar con éxito su estrategia corporativa. Netbiblo.
3Ramírez León, C. (2014). La importancia de la estrategia corporativa en el desarrollo del producto: una propuesta. Revista Científica pensamiento y gestión, (35).
4Parada, P., & Planellas, M. (2007). ¿Qué es estrategia corporativa? Harvard Deusto Business Review, (153), 34.
5Costa, J. (1992). Identidad corporativa y estrategia de empresa. Visual: magazine de diseño, creatividad gráfica y comunicación, (27), 14-20.
6Aponte, R., Muñoz, F., & Álzate, L. (2017). La evaluación financiera de proyectos y su aporte en la generación de valor corporativo. Ciencia y poder aéreo, 12(1), 144-155.
7Project Management Institute (2017). Guía de los fundamentos para la dirección de proyectos. ISBN 9781628253900
8Inchausti, B. G. (1990). Información contable y toma de decisiones. Revista Española de financiación y contabilidad, 27-43.
9De Contabilidad, A. E., & de Empresas, A. (1999). Marco conceptual para la información financiera. Documento de Principios Contables, (22).
10Guajardo Cantú, G., & Andrade de Guajardo, N. E. (2008). Contabilidad financiera. McGrawHill: México.
11La Gestión de Proyectos como herramienta estratégica de la empresa. Salinero Pampliega. Consultado el martes 16 de marzo del 2021. https://salineropampliega.com/2014/06/la-gestion-de-proyectos-como-herramienta-estrategica-de-la-empresa.html