Desde el pionero Lánchíd o puente de las cadenas, hasta el reciente y moderno Megyeri híd de la M0, los húngaros han unido las dos orillas del Danubio en la capital a través de diez puentes, cada uno con su propia historia y curiosidades.
El primer beso que se dieron Buda y Pest, si me permiten la personificación, fue a través del archifamoso Lánchíd o puente de las cadenas, oficialmente Széchenyi lánchíd, hace ya más de siglo y medio. Fue en 1849 cuando se inauguró, tras 9 años de obras y 10 desde su diseño por el ingeniero británico William Tierney Clark. Tiene 202 metros de largo.
Sin embargo el puente fue casi totalmente destruido en la segunda guerra mundial, durante el sitio de Budapest por el ejército rojo, y el que vemos hoy en día es en realidad su reconstrucción casi completa de 1949.
El segundo puente de la ciudad fue Margit híd (puente Margarita), el que une las dos orillas con la isla homónima. Se construyó entre 1872 y 1876, y fue diseñado por el ingeniero francés Ernest Goüin. Al poco de abrirse al público se convirtió en el lugar favorito para suicidarse por muchas personas que atravesaban momentos difíciles. Mide 637 metros de largo. Al igual que el puente de las cadenas, fue muy dañado en la segunda guerra mundial, pero a diferencia del primero, no fue durante el sitio de la capital sino un año antes cuando una explosión destrozó de forma accidental el lado este del puente.
Durante los años 2009 y 2010 el puente sufrió una gran remodelación hasta conseguir la planta que luce hoy en día.
Entre 1894 y 1896 se construyó el tercer puente de Budapest, que fue Szabadság híd, (puente de la libertad en castellano). Diseñado por el húngaro János Feketeházy, se bautizó inicialmente como Ferenc József híd. Tiene 334 metros de longitud y un atractivo color verde que de noche queda iluminado de forma espectacular.
Como sus hermanos mayores, fue gravemente dañado durante la segunda guerra mundial y reconstruido después, aunque fue entre 2007 y 2009 cuando se restauró por completo.
Entre 1933 y 1937 se construyó el actual Petőfi híd. Se encuentra al sur de la ciudad (es de hecho el segundo puente abierto al público más al sur de Budapest). Mide 514 metros de longitud entre sus dos extremos. Hasta 1945 se le denominó Horthy Miklós híd, en homenaje al regente de Hungría en aquella época.
Un poco más tarde, entre 1939 y 1950, se construyó Árpád híd, que se encuentra la norte de la isla Margarita (Margit sziget). Es el más largo de los puentes de Budapest con 981 metros de longitud. Su nombre es en honor al príncipe Árpád. Su construcción fue tan extensa debido a que le pilló por medio la segunda guerra mundial, y fue denominado puente Stalin por los soviéticos hasta que en 1958 recuperó su nombre original.
Aunque sus pilares son los originales, el puente fue ensanchado entre los años 1980 y 1984, y originalmente ocupaba la superficie por la que hoy en día circulan los tranvías, siendo las carreteras y las aceras establecidas en la parte nueva del puente.
Erszébet híd, el puente blanco, tiene también una compleja historia. El original (que ya no existe) se construyó entre 1897 y 1903, y se hizo con uno de sus extremos, el de Buda, a los pies de la abrupta colina de Szent Gellért, necesitando un complicado giro para sortearla. Se hizo en este sitio porque los terrenos eran de un noble que quiso venderlos a un precio bastante alto, cosa que logró al conseguir que se utilizasen para la construcción de un puente.
Durante la segunda guerra mundial el puente fue destruido, pero a diferencia de los demás, se optó por no reconstruirlo en la forma original, sino que fue rediseñado en forma "low cost", ya que el estado no podía hacerse cargo del enorme coste, y se hizo más tarde que los demás, entre 1961 y 1964, en el mismo sitio que el antiguo para aprovechar los cimientos. Pocos años más tarde, en 1973 el tranvía tuvo que ser suprimido ya que aparecieron grietas.
Los puentes más modernos son Rákóczi híd, construido entre 1992 y 1995, que es el que se encuentra más al sur de la ciudad, y Megyeri híd, construido entre 2006 y 2008, al extremo norte, que cruza el Danubio en el tramo septentrional de la autopista de circunvalación M0, y mide 1,8 kilómetros.
Además de estos puentes mencionados, hay otros más, algunos ferroviarios al norte y sur, y en el extremo sur está el puente Deák Ferenc, que cruza el Danubio por el sur, en el anillo de la M0. Sin duda cada uno tiene su historia, y no está de más recordarla mientras se da un agradable paseo por ellos un soleado domingo.