Vamos a terminar aquí de contarte cómo es el puerto de los Tornos, el primer de esta nueva serie en Marchas y rutas en la que analizaremos todos los puertos que suben desde la cornisa cantábrica a la meseta con todo lujo de detalles, y que esperamos te resulte interesante. Eso sí, si nos pasamos alguno….háznoslo saber.
Dejamos ayer el alto de Los tornos al final de la durísima recta que había a la salida de Lanestosa, y que presenta los dos kilómetros más duros de toda la subida, con tramos muy extensos por encima del diez por ciento. Esa recta muere en una curva a derechas de herradura, que abre un nuevo tramo, mucho más interesante en el puerto.
Afrontaremos ahora un tramo con cuatro herraduras enlazadas, que curiosamente será algo más cómodo que el anterior. La subida se hace más aérea y suaviza algo en su pendiente en las zonas rectas, lo que resulta mucho más llevadero que el duro y rectilíneo tramo anterior.
Acabadas las herraduras atacamos una media ladera que nos llevará a pasar, siempre con pendientes por encima del seis por ciento, por delante del cruce de l carretera que sube desde Fresnedo, y que analizaremos en otra ocasión. Porque este puerto tiene varias subidas posibles, y realmente algunas de ellas presentan un enorme atractivo, especialmente a nivel paisajístico.
Una nueva curva a izquierdas nos hace cambiar de ladera e introducirnos en un espeso bosque de pinos, que nos acompañará ya durante kilómetro y medio hasta la cima. Este bosque resta un poco de espectacularidad a las vistas de esta última fase de la subida, que no baja del seis por ciento, pese a que la percepción visual parece decirnos otra cosa. Así que tranquilo y, sobre todo, no te cebes, porque podrías pasar un trago muy malo de mil metros.
Bellas vistas desde Los Tornos
Una larga curva a derechas nos dejará en plena cima del Puerto de Los Tornos, apenas cien metros después de un espectacular mirador que se abre sobre los valles cántabros y desde donde se puede observar, en días despejados, la costa oriental de la región.
La cima tiene en su parte más alta un ojón altimétrico antiguo, que marca una altitud de 910 metros, más bien modesta. Pero la satisfacción de haber culminado un puerto tan espectacular seguramente nos hará olvidar esa modestia, y tendremos la sensación de haber llegado a la cima de un coloso…que no lo es, pero vamos a ilusionarnos, ¿no?
Cuidado con la lluvia…
La vertiente sur de este puerto apenas tiene interés para el cicloturista, ya que los ocho kilómetros que van desde Bercedo hasta su cima apenas llegan al dos por ciento de media, con sólo un kilómetro por encima del tres por ciento y uno final que sube a rampones algo más fuertes. Eso sí, no te confíes con estos números, ya que si el viento sopla del norte te pegará de cara durante la ascensión, y puede hacerte sufrir como un perro en mitad de un páramo donde no hay resguardo alguno.