Los puertos de paso desde la Cordillera Cantábrica hasta la Meseta: El alto de la Matanela II

Por Rafael @merkabici
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Los puertos de paso desde la Cordillera Cantábrica hasta la Meseta: El alto de la Matanela II

by Macos Pereda Herrera 13 octubre, 2014 0 comments

Continuamos aquí contándote cómo es el punto de acceso a la Meseta desde el pueblo de San Pedro del Romeral por el Alto de la Matanela. Un bonito y tranquilo puesto cántabro que seguro no te decepcionará si te decides a hacer una excursión por sus curvas.

Precisamente el otro día dejamos nuestra descripción en el pueblo de San Pedro del Romeral, al cual se accede después de una curva de herradura bastante empinada, pero en cuya travesía disfrutaremos de un falso llano que nos permitirá recuperar las pocas fuerzas que hayamos ido perdiendo en tan tranquila subida. En este pueblo además podremos encontrar una fuente en la que recargar nuestros maltrechos bidones (esta zona empieza a ser de pastos y por lo tanto hay pocas sombras hasta la cima) o parar a comer algo en alguno de los buenos bares que hay allí. Además disfrutaremos de unas muestras de arquitectura tradicional cántabra muy llamativas, y de una curiosa bolera cubierta que habla bien a las claras de la afición de la zona por esa modalidad del bolo que es el pasabolo losa.

Salidos de San Pedro del Romeral la carretera vuelve a ponerse seria, siempre en pendientes constantes en torno al cinco por ciento. No obstante la sensación de dificultad es mayor, ya que hemos salido del bosque y el sol apretará de lo lindo, además de que el trazado de la carretera es rectilíneo, a media ladera, y eso no ayuda a nuestra psicología. Sin embargo sigue siendo un puerto bastante cómodo, con asfalto perfecto, de esos por los que da gusto rodar con tranquilidad y en buena compañía. Además…cero coches, garantizado.

Ocho kilómetros con esta misma tónica nos quedan hasta el punto más alto del alto, que corona a 1005 metros. Ocho kilómetros en torno al cuatro por ciento y con continuos descansillos. Poca cosa, pero con vistas cada vez más abiertas sobre el valle.

Pasarás por una granja de alpacas…sí, sí, alpacas

Eso sí, decimos hasta el punto más alto, porque este puerto no baja al coronarse, sino que nos regala otros cinco kilómetros de llaneo con tendencia descendente dentro de un espeso pinar. Carretera de asfalto cambiante, en ocasiones con mal estado del mismo, y una pendiente tan tenue que siempre hay que dar pedales pueden hacer de este tramo un infierno si nos empeñamos en seguir la rueda de compañeros mejor preparados que nosotros. Además en estas zona no es nada infrecuente la presencia de un fuerte viento de cara que hará más dificultoso tu avance, y que además puede resultar bastante frio si en Castilla los páramos están nevados; y muy cálido en verano. Condiciones, pues, adversas. Así que no te cebes en este último momento y disfruta de lo que queda de puerto, que además te regala una panorámica espectacular en el cambio de vertiente, con el pantano del Ebro a tus pies, lo que te dará la sensación de estar coronando un puerto justo enfrente del mar.