Los puertos de paso desde la Cordillera Cantábrica hasta la Meseta: El Alto de Matanela por La Rasia. III
by Macos Pereda Herrera 16 octubre, 2014 0 commentsVamos a terminar de contarte cómo puedes coronar este atractivo puerto, sin duda uno de los más duros que puedes echarte a la cara en toda la Cordillera Cantábrica, al menos por la entidad de sus rampas y por la dificultad añadida de que muchas de ellas debes de superarlas con un firme de hormigón rayado. Pero bueno, nadie dijo que esto de ser cicloturista fuera fácil ni cómodo, ¿verdad?
Al retomar la subida después del violento descenso que antes te hemos descrito lo haremos de forma paulatina, con un primer kilómetro duro, por encima del seis por ciento de media, pero bastante asumible. Lo malo vendrá en el segundo, con un par de rampas al catorce por ciento entre falsos llanos que volverán locas a nuestras piernas, y sobre todo en el tercero, donde un tremendo paredón que alcanza el 21% nos exigirá de nuevo todas nuestras energías. Es el momento de sufrir, con nuestras piernas agotadas por cambios de ritmos y rampas imposibles y nuestros brazos rotos de haber tenido que frenar demasiado en la anterior bajada, toda una trampa que puede resultar fatal en esta subida. Una nueva rampa del 19 % varios cientos de metros más adelante nos dará la puntilla, y nos dejará a la entrada de San Pedro del Romeral, donde enlazaremos de forma definitiva con la vertiente habitual de este puerto.
Eso sí, no vayas a pensarte que ya está todo hecho cuando llegas allí. Y es que realmente te faltan casi siete kilómetros para coronar el puerto, y otros cinco de falso llano en su cima, antes de afrontar la definitiva, aunque breve, bajada. Siete kilómetros con rampas que nunca superan el siete por ciento y cuya media es de menos del cuatro por ciento, pero que después de todos los esfuerzos que has tenido que afrontar con anterioridad te parecerán un auténtico infierno.
Eso sí, la carretera está en perfecto estado, lo que unido a lo regular de la pendiente hará que si consigues tener un ritmo sostenible desde el principio puedas conseguir mantenerlo hasta la cima. Pero cuidado con el viento sur, que te dará de frente en este último tramo y aparece con frecuencia en la zona. Puede llegar a hacer que el falso llano del final, entre soberbios pinos, se convierta en toda una prueba de fuego para tu cabeza.
Una vez coronado el puerto el espectáculo es fabuloso, con el pantano del Ebro a tus pies y las grandes moles de Peña Labra y los Picos de Europa irguiéndose orgullosas a tu derecha. La bajada será de tan sólo un par de kilómetros, eso sí con mala carretera y alguna curva bastante traicionera, por lo que ni siquiera en esa situación podrá descansar de este complicado, técnico y apasionante puerto de montaña que aun nos esconde varios secretos que te desveláramos en siguientes entregas de esta atractiva serie.