LOS QUE CREAN SU CARISMA. Hoy, hace 20 años. 25 de enero de 2002

Publicado el 25 enero 2022 por Cronicasbarbaras

El carisma y la impresión de grandeza son cualidades innatas, según creencia mayoritaria, aunque se pueden cultivar. El problema aparece cuando el exceso de carisma conduce a la demagogia, y ésta, al desastre. 

Para saber cómo se expresan quienes tienen carisma, la profesora Cyntia G. Emrich y un equipo de socioligüistas de la Purdue University, en Indiana, estudiaron a los mayores triunfadores de su país: los presidentes de EEUU.

Descubrieron que los más carismáticos usaban en sus apariciones públicas palabras que evocaban imágenes, sonidos, olores, tactos, gustos, que son expresión de las sensaciones que experimenta la gente en su vida diaria.

La toma de posesión de John F. Kennedy, en 1961, es paradigmática: “Juntos exploraremos las estrellas, conquistaremos los desiertos, erradicaremos las enfermedades, tocaremos lo más profundo de los océanos y levantaremos las artes y el comercio”.

Por el contrario, los presidentes menos carismáticos, como Jimmy Carter, usaban palabras que expresaban conceptos: “compromiso”, “idea”, “ayuda”, “esfuerzo”, “errores”, “pasado”.

Si el carisma es continuado, se transmite sensación de grandeza. Solo hay que usar las palabras que evoquen imágenes en todos los discursos y en las apelaciones a la audiencia para pedir una actitud o un esfuerzo especiales.

Hay algo que no analiza Emrich: la gente con carisma y grandeza que explota la evocación sensorial para hacer demagogia y provocar desastres.

Juguemos a dar un paseo por Europa y vayamos luego a Latinoamérica, por ejemplo.