¿Ya no pondrán más?
Según palabras de María Seguí, directora de la Dirección General de Tráfico, «Los radares fijos y su tiempo, creo que están pasados. La evolución es hacia radares móviles que nos permitan cubrir las carreteras secundarias que son muchísimas más en extensión y en siniestralidad»
Tal vez esta decisión no venga precisamente por la mayor siniestralidad de las vías secundarias, sino por el hecho de que los radares fijos tienen obligación de señalizarlos y, en cambio, los radares móviles circulan camuflados sin ninguna identificación y son más difíciles de detectar por el ciudadano. Resulta cuanto menos curioso que esta decisión de no seguir invirtiendo en radares fijos y por el contrario aumentar la presencia de agentes y radares móviles en las carreteras secundarias coincida con otras dos cuestiones de particular interés:
1.- La prohibición absoluta de los detectores de radar instalados en los vehículos.
2.- La reducción de la velocidad permitida en carreteras secundarias. Una vuelta de tuerca más a los conductores.
¿Casualidad? Es posible que yo tenga tendencia a ser mal pensado, pero a mí no me parece que esto sea casual. Está claro que es el momento de sacar a la calle más radares móviles porque la caza está asegurada, y de ahí la intención de la DGT de recolocar el máximo número de agentes en las carreteras secundarias este próximo año.
La DGT prevé ingresar en 2014 un total de 847 millones de euros, de los cuales, casi la mitad presupuestada corresponde a sanciones.
Según sus palabras:
«En nuestra directriz está el aumentar la eficiencia en el cobro de sanciones denunciadas, evitando injusticias, como por ejemplo con las infracciones de los extranjeros, pero no hay ningún afán ni ninguna directriz de que se emitan más sanciones» «No queremos que la DGT crezca a expensas de emitir más sanciones, por eso la cantidad presupuestada es la misma».