Los resultados más importantes del informe fueron presentados por su autor, el Profesor Andreis Rauhvargers, quien recalcó que “las decisiones sobre la política de la educación superior no deben basarse únicamente en los datos de los rankings”. El evento incluía dos debates de paneles enfocados en el informe y en los puntos fuertes y débiles de los rankings internacionales, y en los que participaban diferentes partes interesadas del sector universitario, la Comisión Europea, proveedores de los rankings y organizaciones estudiantiles. Está claro que a pesar de sus deficiencias, los rankings están allí para quedarse, dice el informe de la AUE, citando un informe reciente de la Comisión Europea, y que “disfrutan de un alto nivel de aceptación entre las partes interesadas y un amplio público por razón de su simplicidad y su información orientada al consumidor”. Ante la previsión de un aumento del número de rankings en el futuro, el informe argumenta que es vital para las universidades y las diversas partes interesadas tener conciencia del grado de transparencia de estos rankings, y, desde la perspectiva del usuario, de la relación entre lo que se afirma ser medido y lo que en realidad se mide, de cómo las puntuaciones se calculan y, lo que es aún más importante, de qué significan.
El informe también argumenta que los rankings principales internacionales de universidades proveen una “imagen sobresimplificada” de la misión institucional, la calidad y el desempeño, porque focalizan principalmente los indicadores relacionados con la función investigadora de las universidades. También apunta que los beneficios que ofrecen los rankings, sea fomentando la responsabilidad o animando a la colección de datos más fehacientes, tiene su contrapeso en la falta de transparencia y en “consecuencias no deseadas”. Estas consecuencias incluyen una tendencia creciente en las universidades en invertir en actividades que puedan mejorar su posición en los rankings más que en áreas esenciales tales como la enseñanza y el aprendizaje. Este proyecto de la AUE del examen de los rankings ha sido posible gracias a la financiación por las Fundaciones Robert Bosch y Calouste Gulbenkian.
(Fuente: EUA, 24 de Junio de 2011)