Transcurrido ya más de una tercera parte del año, el ‘Govern’ de la Generalitat de Artur Mas sigue sin dar a conocer su proyecto de ley de presupuestos para el presente ejercicio. El ‘conseller’ de Economía, Andreu Mas-Colell, no quiere avanzar ningún aspecto concreto sobre el particular hasta que no se hayan celebrado las elecciones autonómicas y municipales donde CiU se juega, en Cataluña, alcaldías tan importantes como la de Barcelona. Presentará las líneas básicas a finales de mes.
La única clave que se ha divulgado es que será un presupuesto con un durísimo ajuste, en su conjunto un 10% inferior al último aprobado por el tripartito de José Montilla, y que no tendrá un descenso lineal para todos los departamentos.
Mientas que se intenta que las partidas principales del estado del bienestar (Sanidad, Educación) solamente sufran reducciones de un dígito, otros ámbitos deberán asumir recortes que pueden llegar en algún caso hasta el 40% en comparación con el nivel de gasto e inversión que disfrutaron en 2010. Las infraestructuras, por la dimensión de sus inversiones, es una de las candidatas, Cultura es otra.
Pero lo peor de todos estos recortes es que no serán en absoluto puntuales.
Y es que entre que se presente el proyecto de ley, se debata en el 'Parlament', se apruebe definitivamente y empiecen a aplicarse las medidas prácticamente se habrá acabado el año.
Debido al agravamiento del endeudamiento de la comunidad, es más que previsible que la reducción presupuestaria se traslade también a 2012 y, en función de la evolución de la coyuntura y del (posible no) pacto fiscal, a 2013.
Y es que el reto es situarse en un déficit en torno al 1% al final de la legislatura.