de La Historia con Mapas
Las treinta y cinco medidas anunciadas por Mariano Rajoy en el Pleno extraordinario del Congreso para recortar el gasto público e incrementar los ingresos han ido cayendo como losas pesadas en el hemiciclo. Desde 2010, cuando Zapatero puso sobre la mesa el primer gran tijeretazo de la crisis, los diputados ya saben que se han borrado las líneas rojas, y esta mañana han recibido los «golpes» con algún que otro aspaviento desde la izquierda, pero con serenidad general.
Como el enfermo que escucha al médico las amputaciones que tendrá que sufrir si quiere seguir con vida, los diputados han tomado nota de los recortes que el presidente del Gobierno ha ido detallando sin tratar de poner paños calientes. «Yo soy el primero que está haciendo lo que no le gusta», afirmó Rajoy, muy serio. «Dije que bajaría los impuestos y los estoy subiendo. No he cambiado de criterios. Ni renuncio a bajarlos en cuanto sea posible, pero han cambiado las circunstancias y tengo que adaptarme a ellas»