"Los recuerdos son parte importante de nuestra personalidad, ya que éstos son acontecimientos de nuestra vida, que se han quedado guardados en nuestra memoria, por la importancia que tuvieron en el momento concreto en el que ocurrieron, y que harán que volvamos a revivirlos en determinadas situaciones en el futuro, y nos ayudarán a actuar ante éstas, sobre todo en el caso que se presenten emociones similares a las del recuerdo".
Y nuestra misión como padres es ayudarles a encaminar, enseñarles como gestionar de la mejor manera posible, las emociones que ciertos momentos les provocan, convirtiéndolos en un recuerdo significativo para ellos en el futuro.
Somos uno de los máximos responsables de la formación de la personalidad de nuestros hijos, y dentro de esta formación uno de los aspectos muy importantes y que a veces olvidamos o quizás no le vemos la relevancia suficiente, es el desarrollo emocional.
Pero en este caso, quiero poner mi atención en la importancia de ayudar a nuestros hijos a tener recuerdos significativos. Ya consideremos éstos buenos o malos.
Algo que es muy subjetivo, porque un recuerdo triste que normalmente consideramos que es malo, puede ser una gran fuente de emociones, que necesitamos vivir para poder aprender.
Podemos ayudarles también haciéndoles pasar por ciertas vivencias, experiencias o descubrimientos, que harán que vivan unas emociones concretas.
A su vez, éstas generarán recuerdos que harán que dicha emoción se vuelva a revivir en el momento que nuestra mente traiga ese recuerdo al presente de nuevo. Lo cual les ayudará a gestionar mejor las emociones en el momento que vuelvan a aparecer en su vida.
Y las vacaciones son una época perfecta para hacer ésto último, porque pasamos más tiempo que nunca con ellos.
Supongo que la mayoría que me leéis habéis visto la película "Del Revés" o como mi hijo la ha bautizado "Alegría". Y sino es así os invito a verla, pero sobre todo en compañía de vuestros hijos.
En ella se explica de manera muy gráfica, cómo la personalidad de la protagonista está hecha en base a las emociones que ha sentido en cada una de las etapas de su vida anteriores a la actual, y que son reforzadas por el recuerdo generado por ese momento.
Cómo en un momento de la vida de la protagonista, los recuerdos felices empiezan a desaparecer y por tanto, la personalidad de la pequeña cambia, destruyendo las bases de la persona que es ahora.
Y comienza a perder el control, por no saber gestionar lo que siente.
Pero entonces aparece en escena esos recuerdos que como dije antes, no consideramos tan buenos porque creemos que no debemos dejar que nuestros hijos sientan, por ejemplo tristeza, miedo, angustia, etc. y menos que lo recuerden si lo han sentido alguna vez.
Y son los que verdaderamente le ayudan a poder gestionar las emociones que está viviendo en el momento actual, llegando incluso con la ayuda de sus padres, a convertirlas en un recuerdo feliz.
Por eso, hagamos que nuestros hijos tengan recuerdos que les ayuden a ser personas autónomas y fuertes, que sepan enfrentarse a todo tipo de situaciones.
No nos empeñemos en esconder, no intentemos evitar contínuamente que vivan las emociones que consideramos dañinas, y no los metamos en un burbuja para que solo tengan recuerdos felices.
La vida a la que se enfrentarán cuando sean adultos, no estará llena de esas situaciones felices siempre, sino que habrá todo tipo de situaciones, rodeadas de todo tipo de emociones y no le habremos ayudado en nada, porque la vida más tarde o temprano explotará esa burbuja.
Tampoco pierdas ningún momento de los que pases con ellos. Siempre es una buena oportunidad de construir un recuerdo compartiendo experiencias con ellos.
"La persona está construida de recuerdos, construid vuestros propios recuerdos juntos"