Los refugios no siempre tienen muros

Por Verónica Marmolejo

El patio de mi casa, hortaliza en el hogar y cocina fácil.


“Todo pasa por algo”, nos dicen y nos repiten. Pero como somos necios, no lo creemos o no lo queremos creer. Además, desde hace tiempo entendí que luego de ese “algo” que “pasa” siempre encontramos un refugio, que no necesariamente es entre muros. 


El patio de mi casa 


Efectivamente “todo pasa por algo” y regularmente no es lo que queremos en ese momento. Es más, suele ser "algo" que percibimos como tragedia, aunque después nos demos cuenta que es lo que tenía que ocurrir para sacudirnos, para hacernos salir de nuestra zona de confort o para que reaccionemos, para mejorar, cambiar o simplemente reencontrar la motivación que habíamos perdido. 
A finales del 2018 mi madre enfermó y eso me obligó a quedarme en casa. Además, otro familiar muy cercano se agravó luego de varios años de enfermedad. Así fue como tomé muchas más responsabilidades de las que solía tener y por supuesto, abandoné los viajes por varios meses. Entre todas esas responsabilidades extras estaba cuidar la enorme hortaliza de mi madre. 
Aunque siempre he tenido frutos y vegetales sembrados en mi casa, se trataba de un pequeño espacio de hortaliza y muchos árboles frutales. Ocuparme de la hortaliza y jardín de mi madre era agotador. Pero no me quedaba de otra, así que a regañadientes cada día regaba, cortaba y cuidaba de las plantas. 
Poco a poco, fui entendiendo que ese era el refugio que la vida me estaba dando para sanar el agotamiento, el hartazgo, las preocupaciones y el agobio. De renegar por tener que trabajar en la hortaliza, pasé a convertirlo en la tarea que esperaba con gusto cada día. 
Pasaron los meses, mi madre mejoró y la vida decidió que era momento de que mi cuñado partiera. Con nuestra nueva normalidad y los esquemas de mi familia diferentes, algo no cambió: yo seguí muy entrada en el cultivo, pero ahora teniendo a mi madre a mi lado. Un día, mientras cortábamos jitomates me dijo: “ves cómo es bien bonito verlos crecer y luego, comer lo que uno mismo cultiva”. Su sabio razonamiento me mostró que no había mejor motivo para continuar. 
Luego, el 2020 llegó y nos encerró a todos, pero afortunadamente yo seguía con mi refugio entre flores, frutos, vegetales y uno que otro bicho. Las semanas pasaron y yo, que tenía poco de haber retomado los viajes, vi cómo mis planes de recorrer nuevos caminos se detuvieron. Con buen ánimo tomé las circunstancias, y me enfoqué en el hogar, la familia, la cocina y el cultivo. 

Nuevamente, por segundo año consecutivo encontré mi refugio y nuevamente, no fue entre paredes. Comencé un proyecto que me ha mantenido muy entretenida mientras los viajes sigan en pausa: El patio de mi casa
El patio de mi casa es mi nuevo canal de Youtube, donde comparto mis recetas favoritas y mi paso diario por la hortaliza y mi jardín, donde cultivo jitomates, lechugas, chicharos, ejotes, pimiento, acelgas, perejil y mucho más. Además tengo al menos 3 decenas de árboles frutales. Hacemos composta y cuidamos a nuestras simpáticas mascotas, todas adoptadas. Tenemos un hogar amigable con el medio ambiente y de todo eso les platico poco a poco en El patio de mi casa. Soy fiel creyente que un viajero responsable debe comenzar en casa. 
Mis amigos saben que la cocina es algo que me gusta mucho y constantemente me sugerían compartir mis recetas en video. Por diversas razones no lo hacía, pero este tiempo de “quédate en casa” me dio la oportunidad de hacerlo realidad. 
Cabe mencionar que aunque no soy una profesional, le echo ganitas a la cocinada y lo que más me gusta es lograr ricas comidas en poco tiempo y con ingredientes comunes. No tengo la paciencia ni las técnicas para cocinar algo muy elaborado, así que mis comidas siempre son sencillas y eso es lo que comparto en mi canal. 
¿Cuánto tiempo durará El patio de mi casa y hasta dónde llegará? No tengo idea, sólo sé que he encontrado un refugio confortable y no ha sido entre muros.