Los regalos.
Es bonito recibir regalos, es bonito hacer regalos, pero aún es más bonito que esos regalos sean fruto de un esfuerzo personal. No importa tanto el precio de un regalo, es otra cosa muy distinta lo que les da valor, porque eso es lo que verdaderamente importa cuando se hace un regalo, no su precio si no su valor, eso es lo que debemos valorar cuando alguien nos entrega un regalo. Es bonito pensar que la persona que nos regala algo, sea lo que sea, ha pasado un buen rato pensando en nosotros, en aquello que nos podría hacer más ilusión, en nuestros gustos y preferencias, eso es lo mejor de un regalo.
Yo procuro inculcar esos valores en mi labor de educadora, la generosidad, el esfuerzo, el cariño son el mejor papel para envolver un regalo. Por eso le doy mucha importancia a aquellos regalos hechos por uno mismo, eso es de un valor incalculable. A cualquier persona con un mínimo de sensiblidad, le emociona recibir algo que ha sido hecho por las manos de un ser querido. Por eso también animo a todos a realizar manualidades, que salen del corazón, aunque estén hechas con las manos.