Pero aunque en principio el hecho de que te regalen algo es motivo de alegría, esperanza e ilusión, también puede ocurrir que se acabe transformando en un terrible decepción que te arruine el día. Esto de las expectativas tiene su peligro, ya que una de las peores sensaciones de la vida es que lo que estés esperando que las colme, no sólo no lo consiga sino que además quede muy por debajo de ellas. Es lo que habitualmente se conoce como el efecto Interviú, donde te esperas ver una jamona en la portada y te encuentras con Belén Esteban o con Terelu Campos. Esto también es conocido como el axioma Star Wars: la amenaza fantasma.
Una de las mayores decepciones, pues, que se puede llevar nadie, sin duda alguna, es cuando llega una fecha señalada y espera ansioso, aunque tratando de disimular, la hora en la que le den sus regalos correspondientes. Normalmente has estado sembrando tus semillitas durante mucho tiempo con comentarios casuales para que los que te rodean sepan cuáles son tus preferencias. Hay que decir que en estas lides, las chicas suelen ser mucho más habilidosas y constantes que los chicos: basta con ir un día de tiendas con ellas, para que te lleguen veladas insinuaciones sobre sus gustos, acompañadas de alguna frase como: "pero es muy caro" o "me encanta pero no sé con qué me lo podría poner", que son los cebos de psicología inversa con los que juegan con tu mente para que acabes comprándoselo. En cambio, nosotros o somos demasiado directos o demasiado crípticos, lo cual conlleva que existan muchas posibilidades de que descarten tu petición. Sin embargo, has estado trabajando a tu manera y esperas con ansias que tus seres más queridos hayan captado el mensaje o conozcan tus gustos y te lleven lo que tanto tiempo has estado deseando.
Si es difícil asumir una decepción, mucho más complicado es disimularla. Estás hundido anímicamente mientras ojeas una foto en una góndola en Venecia, en la que, además, te cobraron 100 € por una vuelta por los canales, para que el gondolero te berreara media hora en el oído y tienes que evitar que se te note en la cara que estás jodido. No puedes herir los sentimientos de la persona que te ha hecho un regalo, estaría muy feo. Así que tratas de mostrarte entusiasmado, pero hay que tener cuidado con no sobreactuar ya que es casi peor que poner cara de mala leche.
"No te ha gustado ¿verdad?" es la pregunta que vas a escuchar si no has ocultado bien tu decepción. Si en ese momento no eres taxativo y demuestras que te ha gustado de verdad el regalo, la situación puede acabar en tragedia, así que ten cuidado, por tu bien. Ya llegará el momento de llorar en soledad tus penas.
La siguiente escala de regalos putada se producen en una boda. El deseo de ser original entre los invitados puede mucho y hay veces que la gente puede realizar algún obsequio un poco incómodo, como por ejemplo, un tótem africano de dos metros de altura o un autoretrato en acuarela en un marco de dorados arabescos. Lo cierto es que hay personas que a la hora de regalar no suele tener muy en cuenta los gustos o estilo de los novios. Como el caso de una pareja de amigos muy modernos a los que le regalaron un bodegón en marco de caoba con angelitos tallados. Puede que exista alguien en el mundo al que le guste una cosa así, pero si sabes que la pareja a la que se lo vas a obsequiar les mola el minimalismo y el arte contemporáneo, tal vez podrías pensar que no es muy acertado comprarles una cosa que no van a saber dónde colocarla ¿no?
Bueno, ya sabemos que todo lo que he dicho depende del gusto de cada cual. Tal vez alguien prefiera una preciosa taza decorada a mano por un amigo para su cumpleaños que un e-book o que te encanten todos los obsequios originales grandes y aparatosos o que, incluso, te hagan mucha ilusión los pisapapeles hechos con una piedra pintada en verde y un "te quiero mami escrito en rotulador rosa. En todo caso, todos hemos recibido alguna vez un regalo putada ¿no? ¿Cuál es el vuestro? ¿Es muy desagradecido escribir una entrada así? Antes de que contestéis, sí que lo es, pero yo soy así de criticón.