Por Luis Herasme
El relevo generacional ha sido constante en todas las épocas, en todos los tiempos, en todas las circunstancias y coyunturas políticas y sociales, más no así el relevo definitivo en principios de equidad y justicia social.
El relevo generacional, en cualquier sociedad del mundo, siempre está en proceso, así como una persona nace, se desarrolla, se reproduce y muere.
El reemplazo de una generación de líderes por otra, ha sido indetenible como el tiempo mismo.
Liderazgos nacen, se desarrollan y terminan con la llegada de los nuevos relevos, en una relación sin fin.
Las viejas generaciones nunca fueron obstáculos a las nuevas. Simplemente, cumplieron su ciclo natural histórico, llevadas por los inevitables fenómenos sociales, culturales y políticos.
De lo que se trata es de que el nuevo relevo no sea la continuación del comportamiento aberrante e injusto del viejo relevo que hubiera concluido su ciclo, sino la representación de la antorcha de la solidaridad y confraternidad, en contraposición al individualismo, egocentrismo, la “vida fácil” y la trivialidad.
Las trincheras siempre estarán en manos de la generación correspondiente según su edad.
Lo novedoso y trascendental sería que los nuevos relevos, sin distinción de países, superen los viejos en la meta de impulsar sólidos principios de valores de equidad y justicia social, en procura de sumar mayor dignidad y felicidad a la vida humana.
El autor es periodista, reside en Neiba, Provincia Bahoruco, República Dominicana.Es director del programa radial Poder Interactivo y administrador del sitio digital www.elfututo.netEditado en Neiba, Cabecera de la Provincia Bahoruco, República Dominicana. Contacto: [email protected]