Hace unos días terminé de leer Los renglones torcidos de Dios de Torcuato Luca de Tena, el autor se internó en un manicomio para escribir después el libro.
Lo que más intriga de la novela es saber si la protagonista está loca o no, pero el personaje está tan bien caracterizado, que puedes llegar a cambiar de idea varias veces en cada capítulo.
El concepto de normalidad puede ser tan ambiguo. Cortamos patrones de la misma medida, pero las piezas nunca salen del mismo tamaño. ¿Dónde está la línea que separa la locura de la cordura? A veces la asimetría es evidente, pero otras, el velo de la normalidad nos impide ver el muro que tenemos delante. ¿No estamos todos locos? La perfección sólo existe en personajes de ficción y ya ni eso, la perfección no vende.
En cuanto al título, Los renglones torcidos de Dios son los locos, como dice uno de ellos, son las faltas de ortografía de cuando Dios empezó a escribir. También te puede recordar a otra frase: "Dios escribe recto con renglones torcidos", que para mí viene a decir que todo tiene un sentido, que las cosas no pasan porque sí, que aunque no entendamos nada, todo es cuestión de tiempo, que en algún momento comprenderemos el porqué, claro que, a veces, parece que ese momento nunca llega.
Regresando a la novela, el libro nos introduce de lleno en la vida de un centro de salud mental, y como es de suponer la visión, como no podía ser de otra manera, no es muy agradable. Enfermedades de todo tipo: desde fobias a enfermos tratados con electroshocks, pasando por "la jaula de los leones". Aunque puede resultar duro en algunos momentos, Torcuato nos ofrece el lado más humano, el de los sentimientos. Tiene partes verdaderamente emotivas.
En resumen, un buen libro en muchos aspectos, lo recomiendo.