Alice Gould es una mujer madura, atractiva, de clase social alta, con una educación exquisita y detective de profesión que decide entrar en un manicomio para investigar el caso de una muerte no resuelta.
Esta versión de su ingreso no es la misma que figura en su expediente, donde se describe una mente enferma que ha tratado de asesinar en tres ocasiones a su marido.
Conocer la realidad de Alice, su inteligencia superior, su capacidad de seducción, en ciertos momentos su bondad, en otros su embaucadora forma de ser, saber si tratamos con una mujer sana o trastornada, conforma el contenido de la novela.
El psiquiátrico y sus habitantes, el continente mayúsculo. Describe con meticulosidad el entorno y los personajes. Dibuja a cada uno de los enfermos de una manera minuciosa y cruda, su físico, su paranoia, sus actitudes…
La gran habilidad del autor, o el gran gancho de esta novela consiste en hacernos dudar constantemente de si estamos ante una mujer cuerda, que realmente busca investigar un crimen o ante una perturbada con un gran control de sí misma y de su conducta. Transportados en esta duda, nos conduce hasta el final. Sabe columpiar al lector a su antojo.
El autor se encerró en un manicomio para intentar recrear con la mayor exactitud posible un escenario como este.
Había leído varias reseñas del libro, en las que comentaban que los diagnósticos psicológicos de los personajes se hacían pesados y eternos. A mí me han parecido geniales, y producto, como decíamos antes, de una tarea de investigación lo suficientemente seria.
Si bien, considero que es un buen libro, bien documentado, bien escrito, con una personalidad excepcional como protagonista y con una trama pensada y perfilada para enganchar, he convivido en casi toda mi lectura con un “pero”, del que solo te libras prácticamente al final de la novela.
Y es que en ciertas ocasiones (muchas), las actitudes de la protagonista dentro del sanatorio y la permisividad de la clase médica hacia ella, con un tratamiento más de amistad que de relación paciente-medico no es creíble. Puede que se hiciera necesaria para introducir la posibilidad de “su cordura” y sembrar la duda a lo largo de la novela, pero para mi, han supuesto pérdidas intermitentes de credibilidad que debilitaban el argumento.
Aparcado este "pero" y refiriéndonos a la novela en general, creo que es una lectura entretenida, que engancha, que se lee de una manera agil, que esta muy bien escrita y que merece la pena recomendar.
Para concluir, y volviendo a diferir con muchas opiniones de la novela, considero que es un buen libro, me ha gustado mucho, pero no tanto como para considerarlo uno de los mejores libros que he leído...