Ahora que Mario Draghi, el Presidente del Banco Central Europeo (BCE) nos va a inundar, en teoría, a todos con millones de euros, se abre para el común de los mortales todo un mundo de posibilidades. Es como si la puerta de la esperanza se hubiera abierto sin nadie esperarlo.
Lo que ocurre es que este vecino del mundo, gran amante del cine por otra parte, se sabe todo tipo de argumentos, y le da, que tanto lo de Irina y Cristiano, como lo del Señor Draghi y sus millones esperanzadores van a pasar sin tocarnos. Quizás porque para que haya “divos” tiene que haber, siempre, “espectadores”, y a nosotros nos ha tocado lo de ser espectadores.
La vida, desde que naces, te va poniendo en tu sitio, y al final sabes que aunque se reparten cartas en el juego de la vida todos los días, siempre se llevan las mejores los tahúres, bien porque marquen las cartas, o porque el dinero llame al dinero. Personalmente este vecino desde que se desenamoró platónicamente de Meg Ryan, cuando nos dejó a su marido Dennis Quaid y a este sufridor empedernido, procura no volver a ilusionarse, ni pensar que todo el monte es orégano.
Tras varios años de que nos han apretado el cinturón en plan torniquete, ya se sabe que a los torniquetes hay que liberarlos cada cierto tiempo para que aquello no gangrene, y ahora toca ilusionarnos otra vez para que sigamos comprando, que a la postre es lo único que les interesa de nosotros, los de a pie. Pero no se dan cuenta de que antes que comprar hay que vivir, y si has tenido suerte últimamente y has conseguido uno de esos empleos que hoy precisamente nos han informado que han aumentado en España, llegarás a la conclusión que aún trabajando, ni llegas a final de mes, ni sales de pobre.
Antes, en cuanto encontrabas un empleo, salías de la zona de pobreza, ahora no, hay mucho pobre que trabaja, y seguirá trabajando en las mismas, o incluso peores condiciones, por mucho que Mario Draghi haya sacado su manguera de millones a pasear.
Los organismos europeos están nerviosos por las elecciones griegas, y el miedo que tienen a que el mapa político europeo pueda cambiar, y ahora toca hacer el paripé de Santa Claus y sus regalitos, aunque ya no sea Navidades y Santa Claus solo exista en nuestros corazones. Los mismos que nos han empobrecido, no nos van a sacar de pobres ahora.
Este vecino prefiere mirar a parejas como Cristiano Ronaldo e Irina Shayk, por aquello de donde hay amor hay alegría, y donde hubo fuego siempre quedan restos. Porque al final eso es siempre lo que nos queda a nosotros, los restos del naufragio.
*FOTO: DE LA RED