En la Calle Ximénez de Enciso, sobre la fachada trasera del oratorio de la Escuela de Cristo, podemos ver a cierta altura dos retablos cerámicos a los que hay que prestarle cierta atención ya que, bien por la altura en la que están colocados, o bien por la estrechez de la vía, es difícil verlos al pasar si no fijas tu mirada en ellos.
El retablo más bajo está dedicado a María Madre de Misericordia y fue realizado por Facundo Peláez Jaén y fabricado el Cerámicas Santa Ana en 1955.
Es un retablo cerámico pintado a mano compuesto por treinta y cinco piezas de azulejo y donde se representa la efigie de la Virgen Madre de Misericordia arrodillada y con las manos entrelazadas. Presenta puñal en el pecho y saya y manto en colores rojo y azul respectivamente.
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