A la caza del rico
España da mucho asco. Algunos españoles también. Pasamos por la peor crisis económica conocida por muchos de nosotros pero nadie arrima el hombro. Vamos, cuando digo nadie me refiero a grandes fortunas, empresarios y políticos. Porque a los ciudadanos de a pie bien que nos piden esfuerzos y sacrificios. Eso de “apretarse el cinturón y bajarse los pantalones”. Vamos, algo muy difícil.
Los empresarios tienen miedo a contratar, pero no a despedir. De hecho despiden para mantener el margen de beneficios. Gracias por apoyar la situación del país. Los políticos hablan de recortes, de esfuerzos y de reformas constitucionales. Pero ninguna de las chalanerías que salen de sus osadas lenguas viperinas se dirigen hacia la supresión de sus privilegios, el recorte de sus jugosos emolumentos o la alegría con la que despilfarran dinero público. Nuestro dinero.
No nos olvidemos de las grandes fortunas. Lejos de la postura de los americanos o franceses de subirse los impuestos de forma voluntaria se llevan sus negocios a otros países para pagar menos. Tan necios son que no comprenden lo barata que sale esta publicidad. Buena imagen mundial por cuatro ‘perras’. Pero es que las mentes privilegiadas de este país no dan para tanto.
Y luego tenemos aquí a los candidatos. Impuesto del patrimonio sí. Impuesto del patrimonio no. Unos hablan de compartir la riqueza cuando un gobierno del que formaba parte suprimió la medida. Otros de que siempre se ataca al rico. Ay, pobre rico. Pero mientras tanto los recortes en la sanidad, en la educación y en otros derechos fundamentales se van extendiendo por muchas CCAA. ¿Y saben una cosa señorías? El rico nunca pierde.