Warren Buffet, uno de los hombres más ricos del mundo, dice que la culpa de la crisis es de todos (con la crisis él sigue siendo aún más rico -si cabe-), pero la verdad es que la culpa es de las ambiciones desmedidas y totalmente fuera de control de quienes controlan el mercado a espaldas del resto del mundo.
Yo personalmente no me siento culpable de nada; todo lo contrario, a los que este hombre rico llama 'todos', yo les llamaría 'víctimas', o sea casi todos menos los pocos que siguen siendo aún más ricos y que ya sabemos quienes son. El caso español es de risa: Amancio Ortega ha incrementado su riqueza en más de 6000 millones de euros el último año, según la revista Forbes -que es quien hace este tipo de estudios-; pero eso no es todo, también durante esta crisis, los ricos de España son ahora más ricos a tal punto que Forbes incluye en su lista de billonarios más caras españolas que en las listas anteriores, y no me pregunten de que partidos políticos son, ni quienes son sus amiguetes, ni menos aún me pregunten si están pidiendo rescates y ayudas de parte del pueblo con más impuestos, más reducciones salariales, más no poder estudiar, no poderse enfermar, más no poder nada de nada.
Dicen que los premios nobel de economía se han equivocado, pero yo no lo creo. Ellos están al servicio de los billonarios de Forbes, y muy seguramente que les han advertido y explicado lo que pasaba, pasaría, y evidentemente está pasando. Que no se hagan los inocentes ni las víctimas, pues ellos ya sabían que apostar fuerte era arriesgado, más no para ellos sino para el pueblo que somos los que pagamos sus descalabros y sus juergas. Cuando los medios especializados en economía hablan de ganancias siempre lo hacen con nombres propios, con apellidos y todo eso (las ganacias de Inditex de Amancio Ortega por ejemplo), pero cuando hablan de deuda lo hacen de forma abstracta: La deuda española. Pues a partir de ahora fijo mi residencia por ejemplo en Vanuatu. Como no tengo deudas, pues tampoco tengo que asumir una que no es mía y a la que tampoco he contribuido.
El 44% de los ingresos al Estado procede de los impuestos sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), de los cuales el 83% de la recaudación se basa en las rentas del trabajo (es decir, la población que trabaja y está en nómina). Y un 32% de los ingresos del Estado procede de los impuestos sobre el Valor Añadido (conocido como IVA), que se basa en el consumo y es profundamente regresivo, lo cual quiere decir que las clases populares pagamos mucho más que los ricos. Si en España la carga impositiva total fuera -como porcentaje del PIB- como en Suecia, el Estado español ingresaría 200.000 millones de euros más de los que ingresa: los que tendrían que pagar mucho más de lo que pagan no somos los ciudadanos normales y corrientes, sino los ricos que tienen un enorme poder político y mediático en el país.
Los ricos no pagan ni los impuestos, ni las deudas, ni asumen las pérdidas, es decir, de allí deriva su fortuna y su crecimiento económico que sale en su totalidad de nuestros bolsillos, pero y si ellos no pagan ¿por qué yo si tengo que hacerlo? Los paraísos fiscales son el cielo de los ricos mientras que nuestras pobres y sufridas naciones son nuestro infierno.