los roles de género se han construido consensuadamente tanto por hombres como mujeres, en un intercambio de libertad por estatus, idea que ya ha sido plasmada en la tesis de camille Paglia, y que encaja perfectamente con la desechabilidad masculina. Es decir, el acuerdo primigenio entre los sexos (ambos) siempre había sido que los hombres sacrificarían su vida y bienestar por proteger a las mujeres (y su prole), y a cambio ellas no saldrían de la seguridad de sus espacios, mientras realizaban la función de garantizar el futuro de la especie.
ambos sexos acordaron esos roles porque, en el pasado, les beneficiaban mutuamente. Estos roles sólo se tornan opresivos cuando un cambio en las condiciones materiales los dejan obsoletos, por ejemplo, cuando esa libertad sacrificada vale más que el riesgo del que protege. Por este motivo, las libertades femeninas se han conquistado siempre tras cambios materiales… pero ojo, no por el feminismo, sino por un nuevo acuerdo entre mujeres y hombres (que, lejos de ser «patriarcales», frecuentemente han estado encantados de colaborar). En ningún caso estas conquistas sociales son una rebelión o una lucha contra los intereses masculinos. Son un reajuste de, en esencia, el mismo acuerdo primigenio y la misma motivación. NO sobrescriben la desechabilidad masculina ni la sobreprotección femenina.
Ahora bien, ¿por qué nos parece que, al echar la vista atrás, las mujeres han ido progresando a lo largo del tiempo? ¿Por qué parece que en todos los países, la mujer siempre es la que está por detrás del varón, aún con ese supuesto progreso? Porque el sentido de la historia ha ido siempre hacia un mundo con menos peligros. La tecnología ha hecho que, a largo plazo, las mujeres necesiten «comprar» menos protección, y por ello su estatus ha sido el término del acuerdo más frecuentemente actualizado. Es decir, podemos ver las desventajas de las mujeres más a menudo, porque es su parte del acuerdo la que más frecuentemente queda obsoleta, desajustada. Vemos la desventaja femenina siempre que la hostilidad del entorno mengua (y eso pasa continuamente).
¿Entonces cuándo queda obsoleto el acuerdo por parte de los hombres? Cuando la hostilidad del entorno aumenta: con las guerras, los accidentes, las crisis económicas. Ahí es donde vemos más claramente las desventajas masculinas. Por suerte, hemos conseguido que eso no sea común en al actualidad. por el momento…
En conclusión, las mujeres nunca han estado oprimidas, ni los roles de género nacieron por el deseo de perjudicarlas. Los roles de género fueron un acuerdo de supervivencia, y la opresión es un desajuste temporal en este acuerdo causado por cambios materiales en el entorno. La vida de las mujeres era miserable en el pasado remoto, sí. Pero también la de los hombres, siendo mera carne de cañón, algo desechable para garantizar la supervivencia según fuese conveniente. Para muchos resulta difícil concebir las circunstancias en las que los roles de género eran operativos, pero lo eran: no se puede juzgar el pasado con la mentalidad del presente. Lo mismo se aplica para otros países con otro grado de desarrollo tecnológico y social.
Y finalmente, todo esto encaja con el momento en que los derechos de las mujeres entraron en la discusión pública: tras la revolución industrial, el punto de inflexión de la humanidad en términos de progreso en la dominación de la naturaleza hostil. ¿El reto para el futuro? La inflación social. Las mujeres hoy pueden comprar mucha más protección social con muy poca de su libertad personal, y eso significa que los hombres siguen obligados a tener las mismas responsabilidades de siempre, pero recibiendo menores compensaciones. En otras palabras, la liberación de la mujer NO ha acabado con la dinámica de la sobreprotección femenina/desechabilidad masculina, sino que la está afianzando aún más. El feminismo es una expresión de la competición intersexual. en otras palabras, con la desestabilización social actual en por ejemplo España (independencia catalana, guerra de sexos, inmigración descontrolada, posibles crisis económicas y empleos precarios, etc…) puede crear un entorno hostil, donde la mujer quede de nuevo recluida en el hogar, pero por voluntad propia… sin ninguna orden gubernamental y menos todavía de cualquier hombre a pie. sencillamente aceptará y deberá pagar con su libertad una protección adicional. en cambio, la desechabilidad masculina volvería a estar «en auge», como protector de las unidades familiares mientras da la cara en los posibles conflictos, pero claro está siendo «recompensado» por ello, como de hecho siempre se ha gratificado (monumentos a los héroes caídos, mayor autoridad en su entorno familiar, etc…)
hasta aquí el tema. del resto, el futuro dirá…