La investigación, publicada en Pediatrics, no es la primera en asociar ambos desórdenes. "No inventamos esa relación",aseguró la autora principal, Karen Bonuck, de la Escuela deMedicina Albert Einstein, Nueva York. Pero aclaró que es el estudio más grande realizado hasta ahora, en el que se siguieron más de 13.000 niños hasta los siete años de edad. Según informaron los padres, el 45 por ciento de esos niños no tuvo problemas respiratorios nocturnos, mientras que el resto desarrolló algún síntoma en la infancia o la niñez. El 8 por ciento reunió las características de lo que los autores consideraron el grupo más grave, con un pico de síntomas respiratorios entre los dos y tres años que, luego, semantuvieron. El equipo de Bonuck observó que los niños que en algún momento habían tenido un desorden respiratorio al dormir eran más propensos a padecer síntomas de problemas conductuales o emocionales, como trastorno del déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o ansiedad. Un 13,5 por ciento tuvo esos síntomas a los siete años,comparado con un 8 por ciento de los participantes sin alteraciones respiratorias nocturnas. El riesgo más alto se registró en el grupo con síntomas respiratorios más graves. A los siete años, casi el 18 porciento de esos niños tenían signos probables de trastornos emocionales o conductuales. El equipo no pudo asegurar que todos esos niños tenían un trastorno definido, como TDAH, ya que Bonuck explicó que los resultados surgen de los cuestionarios que respondieron los padres y no de una evaluación médica exhaustiva. No hay certezade que los problemas respiratorios hayan sido sean la causadirecta. Pero Bonuck comentó que el equipo tuvo en cuenta variasvariables que influyen en esa relación, como el ingreso y laeducación de los padres, la etnia, el peso al nacer y si las madres habían fumado durante el embarazo. "Aun tras considerar todas esas variables, el efecto deldesorden respiratorio al dormir fue el más sólido", dijo Bonuck. Por ejemplo, en el grupo de niños con los problemas más graves, el desorden respiratorio al dormir estuvo asociado conun 72 por ciento más riesgo de desarrollar síntomas conductuales y emocionales a los siete años de edad, aun tras considerarotros factores. "Esto proporciona una prueba sólida de que los síntomas(respiratorios) que estudiamos podrían promover esos síntomas conductuales y emocionales", concluyó la autora, que recordó también que "los trastornos emocionales y conductuales son multifactoriales". Por eso, aconsejó que los padres "no entren en pánico" y que ante cualquier preocupación, consulten al pediatra. Para el doctor Sanjeev V. Kothare, director médico interinodel Centro de Trastornos Pediátricos del Sueño del Hospital deNiños de Boston, "(el estudio) halló lo que intuíamos". Kothare, que no participó del estudio, coincidió en que los padres deberían consultar al pediatra si sus hijos roncan. Recordó que la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, porsus siglas en inglés) recomienda que los pediatras controlen si sus pacientes roncan y que, si es necesario, los deriven a un centro especializado en el estudio del sueño. FUENTE: Pediatrics, online 5 de marzo del 2012.
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