Los sabores, colores, olores.....de las palabras

Publicado el 28 enero 2015 por Ferminapa

Publicado en el Diario de la Bahía de Cadiz y Radioeducom

Si los sonidos tuvieron en alguna ocasión color y forma, ¿porque las palabras no tienen al menos sabor?. Durante los años en los que el consumo de LSD era algo que se producía con cierta normalidad, muchos eran los que conseguían ver los colores y las formas de, por ejemplo, las notas que producía la guitarra de Jimi Hendrix, mas por la visualización de las ondas de algún sintetizador que por los efectos alucinógenos de los ácidos esos. Y es que siempre me ha parecido que las cosas que son capaces de introducirse en el conocimiento de persona (humana o animal, es indiferente), tienen mas posibilidad de ser luego recordadas y recreadas
Es fácil imaginar el color de la palabra pasión, para mi es el morado, así, en plan amor, pero pasado de punto de cocción. O quizás sea porque determinados nazarenos en "pasión" van de morado. O pudiera ser también por extensión del color que Podemos eligió en su momento como color corporativo. Bueno no lo se, pero cierro los ojos y pienso en pasión y veo como puntitos morados. Así me ocurre en muchas ocasiones, puedo recorrer el arco iris de palabra en palabra, de color en color.
Pero no me refiero obviamente al color de su posible tipografía, ni por supuesto el color de la cosa a la que se hace referencia con esa palabra. Me refiero por ejemplo al color de la palabra alegría, tristeza, amor..., puede que tengan miles de tonalidades de cada uno de los colores, miles de matices.
Don Francisco de Quevedo fue uno de los primeros que escribió relacionando sabor y palabras, quizás como una excusa para no callarse, quizás como un motivo con licencia literaria..., pero fue a él al que la palabra verdad le amargaba en la boca y tenía que lanzarla a los cuatro vientos.
¿Qué sabor debería tener la palabra 'sonrisa'?, para mi está claro, una buena base de hierbabuena, un poco de albahaca y un ligero toque de anís, si te gusta un pelín mas fuerte, añade solo una gota de buen aceite de oliva. Seguro que te cautiva su sabor hasta el extremo que no podrás quitártela de los labios. Tu disfrutarás, y a los demás harás el día más sencillo de llevar.
Otras palabras como la 'verdad' deberían ser también de la familia de las amargas, no porque sepan mal, sino porque siempre las tendríamos que echarla de la boca, por ejemplo la palabra 'gracias'. Que fácil sería todo si fuéramos capaces de no guardarnos ni un 'gracias' aunque solo sea porque nos quema de puro amargor en la garganta...
Aunque hoy al hilo de las elecciones en Grecia las primeras palabras que intento imaginar en estas dimensiones son 'dignidad', 'esperanza'. La dignidad me huele a hierba recién cortada, con un sabor a vino viejo y a miel, un color turquesa con destellos blancos de paredes recién encaladas......A la esperanza te toca a ti ponerle sabor, color, olor.....