Desde hace varias semanas, el PCE (Partido Comunista de España) ha presentado en el Congreso una iniciativa promovida por 35.150 ciudadanos en la que pide conocer el destino de los fondos presupuestarios que recibe la Casa Real. La Comisión de Peticiones del Congreso ha trasladado la solicitud de estos ciudadanos a la Comisión de Presupuestos, encargada de responder. El objetivo del PCE es que se abra un debate parlamentario que concluya con la publicación de las cuentas desglosadas de la Casa Real. Los comunistas piden que, en Internet, se publiquen los “salarios” de los miembros de la Familia Real y el uso que se da a los regalos que recibe don Juan Carlos como jefe del Estado.
Por lo visto, hay cosas de la Casa Real que, por el momento, son difíciles de conocer, pese a que cualquier español, por el hecho de serlo, tiende derecho a saberlas. Y otras que, hurgando un poco, se consigue averiguarlas. Como el número de los escoltas reales de los que, al parecer, carece la Casa Real. Exactamente, 28. Es la razón por la que la División de Personal de la Dirección General de la Policía difundía el pasado 31 de mayo un escrito interno por “comisarías, puestos fronterizos, oficinas de Policía y sindicatos policiales” en el que solicitaba candidatos para subsanar “la urgente necesidad” de personal que, en la actualidad, tiene la Comisaría Especial de la Casa del S. M. el Rey. La Policía reclamaba cuatro inspectores y 24 agentes de la escala básica para que de forma “voluntaria” y “sin derecho a dietas” se incorporaran a la unidad durante, al menos, los próximos seis meses. Plazo que, según destacaba el documento, podía ser “prorrogable”. Se exigía a los aspirantes no haber cumplido 38 años de edad, recorrer un kilómetro de distancia en un tiempo máximo de 4 minutos y 10 segundos, nadar 50 metros en menos de un minuto, hacer un curso específico de protección de un mes y tener conocimientos de idiomas e informáticos.
Y hay cosas de mucho más alcance que no sólo se presienten sino que se preparan meticulosamente como la sucesión. Con la mirada puesta en el momento clave, la Federación de IU está entregada a la causa de la III República. “Cuando acabe este recorrido y quiera pasarse el testigo –opina Joan Herrera, secretario general de Iniciativa per Catalunya y representante de IU-ICV–, habrá que poner el debate republicano sobre la mesa”. Y Joan Ridao, secretario general de Ezquerra Republicana, está convencido de que “se forjó un mito en torno al rey que ha dado legitimidad carismática a lo que es un lastre democrático. Pero, como dice él, “hay más juancarlistas que monárquicos y vete a saber qué pasará con el relevo”. Las encuestas oficiales apuntan que la mayoría valora la Monarquía por encima del resto de instituciones. Pero “Publiscopio”, el electómetro del diario “Público” del pasado diciembre desvelaba que el 58% es partidario de poder volver a decidir entre Monarquía o República. “No sé cuánto se tardará –concluye Cayo Lara–, pero llegará el día en que la Monarquía se verá como una antigualla”. ¿Será este el futuro que nos aguarda?