Mucho se ha hablado de los secretos que guarda la Capilla Sixtina. Yo puedo decir que la he contemplado dos veces en mi vida y me emocionó estar frente a la creación de uno de mis ídolos artísticos.
Por cierto, es una sala pequeña. Siempre la imaginé más grande, pero es exquisita y genial. Qué puedo decir… ¡Me emocionó!
La mente de Miguel Ángel siempre fue muy ingeniosa y en este caso no nos iba a defraudar. El oro estaba a la vista de todos porque para pintar los frescos utilizó la “Proporción Áurea”.
Es una regla geométrica que, aplicada a la composición espacial de las figuras en una pintura, le otorga un equilibrio mágico y único.
¿Cómo se calcula? Pues mediante un valor descubierto en la antigüedad llamado “número áureo”, que no se puede expresar en números enteros.
Este número de oro nace del vínculo existente entre dos segmentos de una misma recta. Su representación decimal es : 1,6180339887498… No tiene periodo, así que se trata de una especie de infinito.
Quizá es esto lo que produce en nuestro cerebro una sensación de estética mágica. Impresionante ¿no?
Seguro que las obras de este gran artista todavía nos deparará algunas sorpresas más, seguro.
La opinión de Soficó. 13 años.
Yo creo que Miguel Ángel, se lo contó a un amigo, lo de la “Proporción Áurea” y el amigo tuvo que entender oro, y lleno de avaricia se lo contó a otra persona para ir a buscarlo, pero no lo encontraron. Y ahora han descubierto que no era oro, si no una proporción. Pero eso, es lo que yo me acabo de inventar.
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