- Entrada al reino 2:19
- A golpe de látigo 6:12
- A la caza de Ñu 7:13
- El flautista 4:33
- La galería 2:44
- Velocidad 4:32
- La llegada de los dioses 6:00
- El expreso 6:10
Los orígenes de Ñu se remontan a 1974, cuando José Carlos Molina, voz y flauta, y Rosendo Mercado, guitarra (y futuro Leño), fundaron la banda Fresa. Posteriormente, cambiarían el nombre para denominarse como hasta la actualidad y en 1978 grabarán su primer LP, Cuentos de Ayer y de Hoy, mezclando hard rock con elementos folclóricos. Desavenencias con Rosendo provocarán su salida del grupo, erigiéndose, Molina, como líder absoluto del proyecto y, junto a Eduardo García, guitarras, Jorge Calvo, bajo y melotrón, Jean François André, violín y viola de gamba, y Raúl Garrido, batería, grabarán este segundo trabajo que nos ocupa. Por entonces, José CarlosMolina se hacía cargo también de piano, órgano, melotrón, timbales cromáticos, armónica y campanas tubulares (además de látigo).La genialidad y olfato del flautista le llevó a componer un disco que mezclaba, sabiamente, el heavy y el rock sinfónico, dando como fruto un disco con gran repercusión entre el público y la crítica, en el que encontraremos el tema más emblemático de su carrera: “El flautista”, una composición excelente con sonidos medievales y que a mí, particularmente, me recuerda a los holandeses Focus.El disco se abre con un tema introductorio, instrumental y sinfónico, “Entrada al reino” que sirve de preludio a uno de los platos fuertes, “A golpe de látigo”, una composición impactante y directa con letras muy explícitas y un resultado lleno de fuerza. Hay que decir que las letras del disco hablan de mundos y personajes imaginarios que residen en lugares fantásticos y legendarios, lo cual supone una riqueza añadida que ensalza la música de Ñu.“A la caza de Ñu” confirma la tónica anterior con complejos ritmos y excelentes flautas. Tras la citada “El flautista”, nos encontramos con “La galería”, un reposo en el camino, donde con un tratamiento compositivo casi de cámara, se llega a trasmitir una gran emoción, debido, en gran parte, al sustento que proporcionan los violines. “Velocidad” es otra de las joyas del LP, con una voz frenética, forzada y enfurecida en un ejercicio de hardprog con un ritmo despiadado. Cerrarán este trabajo dos largos temas excelentes: “La llegada de los dioses”, compuesto por el guitarrista, en el que no tiene nada que ver Molina, que compone el resto, con increíbles ejercicios a la travesera y momentos épicos, siendo una composición en onda hard progresivas de grandes similitudes con Rush; y “El expreso”, con furibundos duelos entre flatuas y guitarras, elementos folclóricos y con un grandioso final basado en melotrón, guitarras, teclados y campanas.A Golpe de Látigo es un disco con personalidad, pese a que la voz de Molina no se encontraba en un buen momento durante el precipitado proceso de grabación, incombustible y atemporal, que representa el punto álgido del hard progresivo que nunca se haya escuchado en este santo país.