Asalia Venegas.- Todo el fin de semana último el mundo se conmovió por las imágenes de lo que pasaba en Brasil ante una eventual entrega a las autoridades del expresidente Luiz Inacio Lula Da Silva objeto de una persecución judicial por acusaciones de supuestos actos de corrupción en la estatal Petrobras (negados por Lula). Esos días, el pueblo con su solidaridad y respaldo dio muestras de apoyo al líder. Mujeres ancianos, niños y jóvenes, de todas las edades, de manera espontánea, tomaron las calles luego de largas caminatas hasta Curitiba donde Lula estaría en la sede del Partido de los Trabajadores, para entregarse a las autoridades.
Cubiertos de llanto, todos le transmitían “fuerza a Lula”, condenaban el gobierno de facto de Temer y exigían justicia para su líder. Denunciando toda la trama de atropellos que ha habido contra él… El seguidor del gobierno brasilero, el que monitoreaba tal espectáculo, suspendió su vigilancia y comenzó a hacer un seguimiento “in situ”, de lo que ocurría. Hizo una reseña de las palabras del expresidente, en el discurso que dio en las afueras de la sede del partido de los trabajadores.
Fue cuando Lula dijo que la persecución del gobierno de facto de Temer en su contra, no conculcaría sus sueños, pues ya sus ideas habían llegado a manos del pueblo y estaban como un manantial, fluyendo, sin coto en favor de la revolución iniciada por él y luego seguida por Dilma Roussef, junto a los más humildes, abandonados y necesitados en las distintas ciudades del Brasil. Ya esto cobró cuerpo y será imparable, dijo Lula. La ultraderecha brasilera enquistada en este momento en el poder en Brasil –fuera de la realidad- pensó que Lula (políticamente hablando) estaba muerto, que le levantarían todas las infamias, como lo han hecho y ya!, ¡Lula a la cárcel! No será tan fácil.
En la pasada década los nombres de Chávez, Kirchner, Evo, Lula y Correa estremecían la historia del continente todavía hoy son una referencia obligada. Sus aportes a la lucha y emancipación de los pueblos Su gesta por crear los mecanismos de integración que dieran al traste con el Alca para el nacimiento del Alba, de la Unasur, de la Celac, todos mecanismos liberadores para Nuestra América. Forman parte de la historia y nada lo borrará.
Asalia Venegas
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