Sin acción no hay movimiento y entonces nos encontramos con estanqueidad y es ésta una muy mala compañera de viaje, cuando no pasa nada, no ocurre nada en ninguna dirección, en ningún sentido, entonces si que se puede decir que estamos jodidos, porque no se sabe hacia dónde tirar o quizás peor no hay sueño que alcanzar, porque estamos viviendo en un planeta dónde somos el único habitante. El ser humano que no tiene sueños que cumplir, miente, todos tenemos sueños que queremos hacer realidad, y todos son totalmente lícitos y está en nuestra mano el poder conseguirlos. Teniendo siempre presente que como seres sociales que somos necesitaremos ayuda. La primera de todas ayudas es ser conscientes de quienes somos, especialmente físicamente, ya que por desgracia en la gran mayoría de casos los individuos somos unos grandes desconocedores de nuestro cuerpo. Y aunque los sueños están en el imaginario de nuestra mente, va a ser nuestro cuerpo el que accione para conseguir llegar a la culminación de nuestro reto. Somos cuerpo y mente y está en nuestra mano empezar a quitarle terreno a la gran manipuladora de personas, la adorada mente.
En las Artes Escénicas se le da una importancia vital casi endiosada al cuerpo, es la herramienta de trabajo con la que contamos para estar en el "aquí y ahora" y poder accionar en pro de nuestros deseos. Y por tanto tener un conocimiento al detalle de cada centímetro de nuestra piel, es esencial para tomar plena percepción de nuestro ser y estar. Dentro de las artes escénicas el teatro aporta un entrenamiento o coaching exhaustivo a los ejecutantes para descubrir y amar su cuerpo, tanto es así que es la acción del cuerpo el Santo Grial de todo buen artista. En teatro siempre oirás a diferencia de cualquier reunión de empresas, "la acción lleva a la palabra", en las reuniones de ejecutivos, altos, medianos o pequeños, la norma general es la contraria "la palabra precede a la acción". Probablemente por eso los actores mentimos también, no permitimos que nuestra voz preceda a nuestras acciones, mientras que en el mundo empresarial es justo al contrario.
Para el teatro que la acción lleve a la palabra es tan importante como que no es la mente la que dirige sino que es un equilibrio cuerpo-mente el que permite construir esos momentos que el espectador vive como magia transportándole a su imaginario donde residen sus sueños. Un actor en escena es plenamente consciente de su mente, pues habla y se mueve el personaje, aunque quien dirige es la persona o actor y de su cuerpo que es el que da la coherencia al mensaje que transmite el personaje. Por este y otros muchos motivo para un artista los sueños se construyen desde la acción, se pasa del imaginario al cuerpo que da la forma y el resultado final.