En realidad, me remonto a tiempos atrás, donde mi gran pasión, era montar a lomos de mi gran compañera y amiga, LA IMPERIOSA, una yegua muy alegre que pocos (o casi nadie) se atrevían a montar...
Me la había regalado el hombre que camina a mi lado por los senderos de la vida y tenía que montarla si o si, no podía rechazar aquel maravilloso regalo que además, era un sueño hecho realidad.
Así que ahí aprendí a tener valor y superar todos mis miedos, que no eran pocos...
Nunca me tiró, pero si me caí dos veces con caídas tontas, estando ella parada... totalmente ridículas!
Era veloz como rayo, apenas nadie podía alcanzarla, salvo un chico, el protagonista de esta historia que no tenía miedo y su pasión eran los caballos y por aquel entonces, montaba un caballo alazan que era igual o más veloz,incluso que la yegua.
Era muy joven cuando lo conocí, yo tendría sobre 35 años y el 20 imagino, era de familia normal, vivía en la Aldea con sus padres, que eran bondadosos, agradables y espabilados, llevaban el bar de la Hípica donde nos conocimos.
En una carrera improvisada de caballos, unos chicos y yo, subimos a una gran montaña, la montaña del Xalo desde Carral hasta el fin del camino. Mi yegua y su caballo tantearon quien era más veloz y en aquella aventura, fue su caballo ganador. Sinceramente no deje a la yegua que corriese hasta reventar, la frené como pude, solo un poco, por miedo y otro por prudencia, así que nunca sabré si ella le hubiese ganado, pero ganar o perder, eso no era lo importante, si no el momentazo que pasamos ....
Solo que aquella aventura me hizo descubrir a un chico con talento, sin miedo, con pasión a los caballos y aún encima iba a ser casi perfecto, tenía indicios de convertirse en un buen profesional, ya que observaba a los maestros como desarrollaban sus técnicas para enseñar a los caballos pasos magistrales y él tenía un don especial para domar caballos.
El tiempo pasó, yo tuve un niño, nos fuimos con nuestros caballos de aquella hípica y perdí de vista a este chico tan maravilloso. Tenía un hermano pequeño, muy simpático que montaba en pony y siempre estaba de paseo por el monte, me enseñó algunos lugares maravillosos y muchas veces ibamos juntos a pasear.
Unos 12 años despues, me enteré que había cumplido su sueño, participaba en los concursos de DOMA CLÁSICA y tenía una gran HÍPICA en propiedad.
Como ? con el apoyo INCONDICIONAL DE SU FAMILIA
Estaba haciendo una ingeniería y de repente un día se plantó, le dijo a su padre, papá no quiero seguir estudiando, quiero cumplir mis sueños, dedicarme al mundo de los CABALLOS.
Su padre, bondadoso e inteligente, comprendió que lo más importante de esta vida, es cumplir tus sueños, hacerlos realidad, aunque casi se le cae el mundo a los pies, por qué tenía gran ilusión al querer que su hijo hiciese una carrera y tuviese estudios para vivir "dignamente"y no tener que esforzarse tanto como si no la tuviese...
Su padre no solo le ayudó, si no que le hipotecó su casa, su vida y la de su familia, para ayudarle a cumplir su sueño. Se pusieron manos a la obra y diseñaron ellos mismos, una hípìca enorme, una auténtica obra faraónica, con todo lujo de detalles para que al jinete y al caballo no les falte de nada.
Incluso hicieron una vivienda para poder vivir allí. Trabajaron duramente, padre, mujer y dos hijos, todos construyendo el gran edificio. pensaron como ahorrar grandes costes pero no escatimaron en buenos materiales. El resultado es una gran hípica como pocas he visto, ya que está todo pensado al detalle, es maravillosa!
Como maravillosa es esta historia FAMILIAR en la que un padre comprendió que lo más importante de VIVIR es CUMPLIR NUESTROS SUEÑOS e hizo lo imposible para HACERLOS REALIDAD, ayudó a su hijo hasta el final de su sueño, y ahora son todos felices, viviendo entre CABALLOS , su madre se encarga del BAR que además cocina de maravilla y está encantada de poder colaborar con ellos.
SIMPLEMENTE, maravilloso!
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