Lo que parece cierto es que los sueños de los grandes líderes del pasado fueron utilizados por los sacerdotes antiguos en forma de oráculo. Los sabios de la antigüedad, con sus conocimientos y dotes de observación se atrevieron con la interpretación de los sueños que vaticinaban el escenario de un futuro incierto. Evidentemente, si interpretamos el sueño desde el punto de vista mágico estaremos haciéndole un flaco favor a la racionalidad impregnándola de superstición. Hay que investigar el mecanismo del sueño desde lo racional. Si tenemos en cuenta que se trata de un fenómeno de la mente y entendemos esta como un poso donde van a parar las vivencias subjetivas del cerebro de una individualidad, nos daremos cuenta de que se trata en esencia de un fenómeno generado por el mismo cerebro y veremos que hay quizás una explicación lógica, con sentido, del fenómeno.
Vamos a intentar definir sucintamente la función de este sistema, a la espera de mejor ocasión en la que podamos describirlo más extensamente.
Si consideramos al cerebro como una máquina de verdadero movimiento continuo, veremos que nace con unas propiedades de funcionamiento básicas, limpio de información, dispuesto a ir incorporando experiencias vitales que nos van sirviendo de referencia y con las que comparamos continuamente para mejor ubicarnos. Con este mecanismo, poco a poco se va creando una individualidad.
Una característica de esta “máquina” es que no suele rematar los pensamientos que acaban quedando “por ahí” en desorden. Mientras hay cerebros que resumen, organizan y archivan bien la esencia de esas vivencias, hay otros (puede que la inmensa mayoría) que lo dejan todo a medias y después de un hartazgo vivencial necesitarían de esa organización, obtención de la esencia y posterior envío a “la mente”, entendiendo esta como la esencia de la personalidad, un “lugar” en el cerebro en el que se archiva la base de las vivencias procesadas y que en definitiva determinan la individualidad.
Si consideramos que hemos sido “configurados” por un planeta con una sola estrella que hace que en su superficie haya dos fases bien diferenciadas: El día y la noche; y al haber sido seleccionados por este para la supervivencia como animales diurnos, el mismo mecanismo vital ha escogido la parte nocturna como el momento del proceso para realizar la fase del orden a través de los distintos niveles del cerebro durante el sueño.
Podríamos considerar entonces que durante el sueño se produce ese mecanismo en el cual se acaba de procesar la esencia de la vivencia que contenía deseos, instintos, subjetividades, odios, temores… que lejos del control ejercido durante la vigilia, procesa y resume la vivencia, evitando los empaches y malas digestiones. Si lo vemos desde esa perspectiva, quizás tenga sentido.
Otra característica significativa a señalar es que los sueños tienen su propia forma, no son caóticos; es decir, se trata de una especie de abstracción de la realidad traducido al lenguaje simbólico creado por el subconsciente en base a la vivencia experimentada durante la vigilia y cuyo contenido nada tiene que ver con el aspecto de lugares concretos o secuencias temporales, creándolos a su manera porque lo que realmente cuenta es la esencia de la vivencia, traducida a su propio y pragmático lenguaje.
Por lo que se refiere al “lugar” en que se ubica la mente, cabría señalar que es evidente que lo hace en el cerebro, pero también habría que decir que aún no conocemos suficientemente los “lugares” de este como para poder ubicarlo en uno en concreto. De todas formas, sí se ha podido comprobar que muchos de estos archivos no se localizan en un solo segmento y que a menudo queda disperso e intervienen distintos puntos del órgano, estando interconectados mediante enlaces fisicoquímicos y estimulaciones eléctricas, que son circunstancialmente activados. La mente vendría a ser algo así como la memoria RAM en los ordenadores, una especie de memoria volátil (en suspensión) sostenida por el “procesador central” y que interacciona con los distintos “programas” leídos por el Sistema Operativo. Este tipo de memoria que podría pensarse desaparece al “desenchufar” el cuerpo con el reparador descanso, no lo hace del todo y sólo vendría a hacerlo en el caso del electroencefalograma plano de la muerte. Lo que viene a hacer es algo así como una especie de reducción al mínimo, como en el caso de la hibernación de algunos animales. La “memoria RAM” del cerebro está siempre activada aún en los momentos en que el sueño hace descender su actividad a los niveles más profundos donde se ubica la esencia de la personalidad.
Caña a la falta de autoconocimiento.
Completa tu información: ¿Por qué soñamos?¿Para qué soñamos? José-Manuel Garrido Aunque intuimos que tienen una importante relación con la psicología humana, aun desconocemos su verdadero propósito o significado.
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Joan-Llorenç dalescana@gmail.com
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