Al principio de la guerra, el tatuaje se realizaba en letras góticas (Frakturschrift), considerado el tipo de letra nacional alemana, pero posteriormente se cambió a la escritura latina antiqua (Antiquaschrift).
La Frakturschrift fue prohibida el 3 de enero de 1941 por Martín Borman debido a que se descubrió que era una variación de la tipografía Schwabach, de origen judío.
Después de la guerra, debido a que este tatuaje era una indicación inequívoca de pertenencia a las SS, muchos de sus miembros intentaron deshacerse de su tatuaje. Entre los métodos estaban auto lesionarse con un disparo en el brazo o provocándose quemaduras que lo borraran simulando que eran heridas de guerra. Retirarlos mediante una operación quirúrgica era el sistema menos habitual ya que era caro y tambien difícil conseguir un médico que lo efectuara.
En el campo de prisioneros de guerra de Tamsweg, conocí al Sturmbannführer Liecke de nuestra división. Nos llevó a un médico de la 14ª División SS, quien nos proporcionó tabletas de hidrógeno para eliminar nuestros tatuajes del grupo sanguíneo. Humedecimos estas tabletas y nos las aplicamos en los brazos. Fue extremadamente irritante para la piel, pero los tatuajes simplemente desaparecieron después de dos o tres días. Naturalmente, la piel necesitó de dos a tres semanas para sanar. Gracias a estas tabletas, logré pasar dos inspecciones realizadas por nuestros captores.Cuando Adolf Eichmann fue arrestado en Argentina, los agentes del Mossad que lo detuvieron revisaron su tatuaje en la parte interior del brazo, ya que él había sido miembro de las SS, pero se lo habían retirado.
Debido a que los Aliados conocían el detalle del tatuaje, estos verificaron el tatuaje en los prisioneros de guerra. Los soldados que lo tuvieran o fueran sospechosos de haberlos retirado fueron internados en campos especiales de prisioneros de guerra que solo albergaban a los antiguos SS y en numerosos caso eran directamente asesinados, a pesar de que muchos cambiaban su uniforme de las SS por los de las unidades regulares de la Wehrmacht, hasta pasando de oficiales a simple soldados rasos. En algunos casos se hacían pasar por civiles y hasta se vestían de mujer. El más conocido que intentó escapar cambiando su uniforme por el de un soldado regular fue el mismísimo Reichsführer de las SS, Heinrich Himmler, que se había afeitado el bigote y vestía de sargento de la Geheime Feldpolizei, la policía militar de la Wehrmacht.
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