Pero Wired magazine ha querido ir más lejos y ha entrevistado a Paul WS Anderson (director de Resident evil y Resident evil: Ultratumba) y a Damon Lindelof (guionista de la serie Perdidos) acerca de cómo ven ellos el futuro de la saga del androide cibernético que viaja en el tiempo y qué novedades aportarían a Terminator 5.
Paul WS Anderson ha declarado que retomaría la historia desde el final de Terminator 2: El día del juicio final, y situaría la batalla por el futuro en la actualidad (que es lo que funcionó de las dos primeras entregas), continuaría situando la historia en California (ya que opina que las palmeras y los centros comerciales son un escenario incomparable para las escenas violentas) y ésta implicaría a personas normales (no a mega-super-poderosos robots).
Volvería a contar con Schwarzenegger, ya que es la marca de la franquicia, y retomaría la idea de que los terminators están infiltrados en la sociedad; usaría ésto para crear sorpresas y giros en el guión (como en la película Mundo futuro), creando la duda en el espectador sobre quién es o no un ciborg.
Pero la parte más importante sería una super batalla de terminators (no los robots tipo "transformers" de la última parte) a escala mundial contra los humanos, simulando el estilo de las batallas de El señor de los anillos; que, además, es algo que se lleva insinuando desde Terminator y todavía no se ha visto en pantalla.
Por su parte, Damon Lindelof, apuesta por eliminar todo lo relacionado con el apocalíptico y oscuro futuro que se ha planteado hasta ahora para sustituirlo por la comedia. Los datos recaudatorios de Resacón 2 o La boda de mi mejor amiga hablan por sí solos para el guionista: hay que hacer al terminator más cómico, por ejemplo, combinándolo con el estilo de las comedias de Schwarzenegger.
Desde el futuro, un terminator viajaría en el tiempo e inseminaría a una humana, dando origen a un ser mitad humano-mitad ciborg. Sin embargo, debido a la ineptitud del género humano, no se sabe la identidad de la madre (ni del hijo); por lo que la historia se desarrollaría en torno a un tipo duro que va buscando a un medio-terminator de sólo 5 años y, para ello, simula ser un maestro de prescolar.
Sería para mayores de 13 años, siempre y cuando nadie fume y el disparo a quemarropa que le den al niño-terminator se haga de forma elegante.
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