Si el boticario de la archiconocida zarzuela de Ricardo de la Vega y Tomás Bretón viviese en nuestros días, es más que probable que en esos cambios que auguraba se encontrase la apertura de su farmacia online, un negocio que prevé una facturación mundial de más de 35 mil millones de euros en 2017, siendo Alemania el país que encabeza el sector en Europa con unas ventas que en la actualidad superan los 1200 millones de euros en ventas.
La industria del medicamento no es más que un ejemplo de todos los actores del tejido empresarial que se han sumado a las acciones de marketing en la red. Una de las mayores revoluciones de Internet y, sin lugar a duda, la gran preocupación de las empresas con independencia de su tamaño y del sector industrial al que pertenezcan. No hay más que ver como los partidos políticos, bien a través de los perfiles personales de sus líderes, o de acciones más corporativas, se han lanzado al asalto de las redes sociales para captar y fidelizar seguidores. Sus clientes, en definitiva.
La democratización de Internet ha facilitado que todas las empresas, desde las grandes corporaciones hasta los emprendimientos familiares, tengan las mismas oportunidades de hacer negocios online, y aquí es precisamente, donde aparece la necesidad de ser distinto. De que el pez grande se coma al chico. De validar una estrategia de marketing diferenciadora donde la marca online se vuele una prioridad para las grandes compañías que buscan extrapolar sus estrategias offline a la red de redes.
Con esa idea, en 2012 más de 600 compañías solicitaron al organismo que gestiona las direcciones de Internet (ICANN) sus propios dominios para empezar a usar una extensión tipo “.sumarca” y abandonar los dominios genéricos que usan el resto de las empresas. Un interesante ejercicio para ganar presencia de marca que curiosamente, cuatro años después, y a pesar de que parecía un cambio transcendental en la presencia online de las empresas, ha quedado en el olvido. Ni siquiera la mitad de las marcas solicitantes -algunas tan importantes como Google, BMW o Zara-, han comenzado a utilizar su propio dominio. Tal vez porque no han encontrado la manera de usarlo, tal vez porque es necesario una acción previa de pedagogía entre los usuarios hasta ahora habituados a los dominios genéricos. En este sentido, la ciudad de Valencia acogerá el próximo mes de diciembre un evento cuyo objetivo es, por un lado, generar confianza entre los usuarios y, por otro, ayudar a las empresas que ya cuentan con un dominio de marca a explotarlo comercialmente.
Precisamente, y como dice Neil Patel en su blog, este es el secreto mejor guardado. No es fácil conseguir que quien nos visita compre. Por muchas acciones que se realicen bien sea en redes sociales, o con el ya clásico envío de email –que sigue siendo el rey en lo que a efectividad se refiere-, o con herramientas más modernas como el marketing de contenidos o el tan de moda y efectivo YouTube, si estás no son suficientemente atractivas no atraerán tráfico a la web y, por tanto, no nos facilitará la adquisición de clientes, objetivo final de todas ellas.
A don Hilarión y su botica los conocía todo el mundo en el barrio, y el boca a boca hacia el resto por sus ventas. Encontrar la forma de hacernos visibles en internet y generar confianza en el producto es el gran reto de las empresas del siglo XXI.
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