Pocas mujeres habrán gastado tanto como gastaba en sus "toilettes" la emperatriz Josefina, la primera esposa de Napoleón. Solía levantarse hacia las nueve, y dedicaba toda la mañana al cuidado minucioso de su tocado.Para que escogiese lo que había de ponerse durante el día, le presentaban grandes cestos colmados de ropa blanca, de vestidos, de sombreros, de chales... ¡¡¡Los chales de la emperatriz!!!Poseía trescientos o cuatrocientos, y cada mañana cubría sus hombros con uno diferente.Los chales eran su manía. Compraba cuantos la proponían, sin reparar en el precio. La cifra de sus gastos subía contínuamente: 650.000... 750.000 francos... Todo lo que era bello y costoso la tentaba. Compraba por el placer de comprar. Adoraba las joyas y las tenía espléndidas.En 1806 sus gastos de "toilettes" llegaron a seis millones de francos. (¡Y en aquellos tiempos!).Modistas, vendedores de ropa blanca, joyeros, perfumistas...etc, rebosaban en sus habitaciones.En vano el emperador daba órdenes severas para impedir la invasión de aquellos parásitos en las habitaciones imperiales. La codicia de los mercaderes vencía y saltaba todas las barreras.
El progreso de Lugo | 6 de enero de 1925Imagen: Josefina, emperatriz, en el blog de "Ana Vázquez"