El Gobierno francés inscribió ayer las corridas de toros en su lista de Patrimonio Cultural Inmaterial, según informó el Observatorio de las Culturas Taurinas (ONCT), quién añadió que, con esta decisión, Francia se convierte en el primer país que incluye la tauromaquia en un inventario de este tipo.
Una comisión reunida por el Ministerio de Cultura aceptó la solicitud enviada por el ONCT, basada en los requisitos demandados por la Unesco. La aprobación de la misma "constituye el reconocimiento institucional del valor cultural de la tauromaquia", según explica en un comunicado el propio Observatorio. El expediente presentado por el ONCT destaca que las corridas "reflejan la sensibilidad de los pueblos que la comparten, que pertenecen a las artes del espectáculo y que son el núcleo de numerosas fiestas locales". Además, también señala que "en su organización y desarrollo la Fiesta está basada en el respeto que los ganaderos, toreros y aficionados sienten por el toro durante su lidia y su cría".
Las corridas de toros se introdujeron en Francia en el siglo XIX y todavía permanecen en cuatro regiones del sur: Aquitania, Medios Pirineos, el Languedoc-Roussillon y en Provenza Alpes Costa Azul. Con la inscripción de las corridas como Patrimonio Cultural, estas zonas se benefician de la legislación gala que, desde hace tiempo, legaliza las corridas de toros en las regiones donde existe "una tradición local ininterrumpida que pueda demostrarse".
Francia se adelanta a España, país conformado por unos reinos de Taifas, con incongruencias por doquier entre sus políticos a la hora de de defender nuestro patrimonio histórico y cultural de la Tauromaquia. Parafraseando a Humphrey Bogart en la película Casablanca, al menos siempre nos quedará Francia. Y no se le cae la cara de vergüenza a ninguno de los politicastros que se sirven de la Fiesta.