Revista Opinión

Los Tres Cochinitos Y El Gordo Feroz (Cuéntame Una De Vaqueros): Mitos De Los Pitufos, Demonios Azules O Camaradas Bolcheviques

Publicado el 14 diciembre 2018 por Carlosgu82

Los Tres Cochinitos Y El Gordo Feroz (Cuéntame Una De Vaqueros): Mitos De Los Pitufos, Demonios Azules O Camaradas BolcheviquesMucho se dijo sobre los duendes azulez, tanto leyendas urbanas como significados ocultos tanto soviéticos como demoníacos; pero si vemos bien a estos “suspiritos azules” y can-chan-chanes que los acompañan, todo ha sido una influencia de otros cultos menos -digamos- V.I.P

¡Había una vez….!” ¡Bueno! ¿Dónde empiezo? Creo que por el principio, y éste es el color de estos, tanto de los 99 aldeanos pitufos y su líder plenipotenciario, gurú y guía espiritual, Papá Pitufo. En un principio, Peyó, el creador único de estos seres, los publicó en un cómic llamado José y Guillermín por el año de 1958, al principio, existió un problema con los colores de impresión, sólo se tenía un tono y tipo de color verde (ya que la tentativa inicial era la de colocar duendes -parafraseando- como los “pinta” la tradición irlandesa; como también la vegetación que los rodea es también del mismo tono verde, más que duendes hubieran parecido soldados en miniatura y muy poco visible a simple vista, por lo que se cambió por un tono azul, al fin y al cabo por su baja dimensión corporal no se podrían confundir con el cielo: en pocas palabras, se les dio ese color no por culto divino o maldito, sino para evitar errores de impresión; además, el único con duende de otro color era Papá Pitufo (rojo), no por ser considerado un demonio en miniatura o realizar “hechicería oscura”, para -¿ya saben para qué…?- para distinguirlos de la vegetación y de los otros pitufos, ya que como imaginarán sólo tenían un solo tipo de tinta roja.

Y por si fuera poco, ¿cuántos demonios de color azul conocen? ¡Yo si! nada más y nada menos que el luchador mexicano Blue Demon (de cuyo nombre no quiero acordarme). Aunque en las culturas maya e hindú se den deidades malignas con esa coloración, pero no se les puede dar ese apelativos de demonios ya que la etimología de la misma palabra y de dichas deidades es distinta.

Ya aclarado ese punto -al parecer-, se tiene la vestimenta y modus vivendis, del los nénesis de tales seres, me refiero al Gárgamel, Azrael (su gato) y de Gazpar (padrino pádrino del brujo). Antes de pre-juzgarlos, se debe asociar a la historia real, el período en el que fue recreada la historia es en la Edad Media (el oscurantismo) por toda Europa pululaban sectas desprendidas del catolicismo que no llegaban a ser reconocidas por esta misma, por los que sus integrantes (muchos de ellos monjes de órdenes laicas) pululaban por todos sus confines con la excusa de buscar seguidores, por lo que éstos se les conocía como “fraylecillos” o “monjes menores”, como lo fueron los dulcinianis en el siglo XIII. A fin de cuentas muchos de ellos se dedicaban, sobre todo, al saqueo de aldeas o a la alquimia. Regresando al personaje pitufano, Gárgamel no pudo haber pertenecido a una órden formal de la iglesia, ya que el sayo no corresponde a ninguna de las órdenes existentes de la época, más bien parece un sayo improvisado, ya que jamás se pone la capucha del mismo; pese a ello, Gárgamel tiene cultura, ya que lee y escribe, que ya era decir mucho para el común de la gente de la época, incluyendo a la mayoría de los nobles que era analfabeta. Por ser él un hombre de origen humilde tiene que abitar lo primero que se le presenta, es decir castillos y ermitas deshabitadas, teniendo esta última como hogar y si observamos, al frente se ve una parcela abandonada, quizás un intento por obtener alimentos de él o de algún campesino que trató de sacarle provecho a esa tierra reclamada por el pantano. Continuando con su mascota Azrael, que sí lleva el nombre del ángel de la muerta para la cultura occidental, también debemos de ver que en la historia medieval, los brujos y hechiceros menores se poseía un animal como medio de comunicación no con demonios, sino con una religión traida por los pueblos celtas y practicada por los romanos medievales, la druídica; la cual era basada en los seres que habitan el bosque de los cuales el principal era el guardian de este hábitat, Hermes el ciervo, Hermes el guardabosques, si no, véase que al salir de la casa de Gárgamel, se ve un símbolo dorado en el alfei de la entrada, este símbolo alquímico es un amuleto de la buena fortuna de dicha religión románica, y que dicho signo se podía encontrar en dicho lugar de todas las casas de la antigua Roma de los últimos tiempos.

Los Tres Cochinitos Y El Gordo Feroz (Cuéntame Una De Vaqueros): Mitos De Los Pitufos, Demonios Azules O Camaradas Bolcheviques

Por lo que el nombre del gato era una forma de representar a la deidad protectora del brujo; y se tomaba al gato por ser considerado un animal místico por la mayoría de las culturas (entre las culturas precolombinas, no se conocía el gato doméstico, pero si del jaguar o Chilam como se le llamaba). Es decir un guía en el mundo de lo oculto.

Gazpar, viste como capucha, capa y guantes largos por ser lo contrario de su ahijado Gárgamel, ya que es rico y posiblemente un noble, ya que habita un castillo formal. Este tipo de vestimenta era propio de la época citada, no era exclusivo de religiosos, sino también de gente rica y de buena posición. Muchos nobles, sobre todo caballeros armados, se dedicaban a robar y también a la magia negra por lo que eran considerados magos. Regresando a los anales de la época, entre los practicantes de magia blanca o negra existían categorías entre ellos, el hechicero era considerado e menor de ellos, ya que sólo repetía los conjuros que llegaba aprender verbalmente; el brujo o bruja era alguien capaz de realizar esos conjuros y pócimas que realizaban un mejor trabajo que los hechiceros y adivinaciones por medio de un animal guía, e incluso escribirlas ya sea en lengua latina o escritura zodiacal. La pitonisa, bruja mayor que podía tener comunicación con seres de otros mundos y mantenerla por mucho tiempo. Y el mago o nigromante, quien aprendía toda su hechicería de las misma deidades protectoras o de los muertos, es decir debatir el poder del otro mundo en este, como poltergeist, transmutación de seres espirituales en este mundo, desaparición de objetos o personas o ponerlas en diferente tiempo o espacio, influenciar animales y gente al puro estilo zombie, etcétera. Un ejemplo de ellos es Juan Matus, un mago descritos en los relatos de Carlos Castaneda y lo poco que el autor pudo aprender de este hombre.

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Es decir, mientras que Gazpar es un Nigromante con poderes sobrenaturales y rodeado de lujos y riquezas mundanas, el pobre de Gárgamel no es más que un mero brujo salido de una orden apócrifa de monjes menores que anhela a ser como su padrino Gazpar. Ya que si Gárgamel hubiera sido un mujo ordenado y hubiera sido sorprendido practicando la alquimia, no sería explusado, sino quemado en la hoguera vistiendo un Sambenito, ya sea en efigie o en persona.
“¡Con perdón del Maestro Peyó, del escudero Gárgamel y TV Azteca!”
Pero volvamos con nuestros personajes azules.

Al ser incluidos ya en su propia historieta, los personajes son tenidos que caracterizar psicológicamente en sus papeles, no teniendo más remedio que echar mano de otro cuento clásico que se popularizó por los hermanos Grimm, Blancanieves, quien tiene la suerte de encontrarse con siete enanos (duendes) los cuales sí representan los siete pecados capitales, pero son encausados por el contacto de la mujer que representa las virtudes contrarias a ellos, y que al morir ella, es conservada en un ataúd de cristal como símbolo de redención hacia su contraria. Por lo que, Peyó toma esta misma idea como parte de los principales pitufos.

Ahora bien, si existe un pentáculo en el sillón de Papá Pitufo, pero debe recordarse que según la dirección que tenga dicho símbolo representarte a Dios o al demonio. Si una de las pinta apunta verticalmente hacia arriba, representa la perfección de Dios; como se ve en esta representación del cordero de Dios.

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Pero si dicho símbolo se orienta con una de sus puntas hacia abajo, es representante de la cabra, otro animal considerado guía espiritual demoníaco, como medio de invocación de demonios.
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Por cierto, si es verdad lo de dicho símbolo, ¿qué orientación tiene el pentáculo del sillón de este patriarca?

Otra aclaración, al bailara y realizar ritos nocturnos, no son derivados de la santería o de la cultura romana, sino de la druídica, es decir la religión de los Celtas y pueblos celtíberos que practicaban sus ritos en dicha comunión, como petición o agradecimiento a sus deidades antes citadas.

Ahora bien, se preguntarán, ¿por qué tanto simbolismo en una mera caricatura cincuentena? En realidad es por el origen del propio autor de los pitufos, Peyó (Pierre Culliford), siendo belga su origen es irremediablemente celtíbero, ya que ellos respetan aun dichas costumbre, que, en ningún momento puede ser considerado demoníacas, ya que ellos no cree en él o en Dios.

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Por lo que no es lo mismo decir, ¡Existe Dios!, que, ¡Aaay Dios!

Para terminar en tono menos formal, tomemos un vídeo realizado a manera de parodia de dichos seres por TVAzteca. Y como dice Eduardo del Río, mejor conocido como Rius y sus Supermachos, alias San Rius, alias Ruis Frius, alias Dr Rius (doctor en púlques): “Mas vale pedir perdón que pedir permiso.” Digo:
“¡Con perdón del Maestro Peyó, del escudero Gárgamel y TV Azteca!”

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“¡Con perdón del Maestro Peyó, del escudero Gárgamel y de TVAzteca!”

“¡Este cuento se acabó!”

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