No he sido capaz de encontrar otro de los carteles que me obsesionaban, esos que había pegados a la trapa del bar en proceso de abandono del Pompeya, detrás de la tribuna. Era parecido a éste, con fondo blanco, y desde luego, mucho mejor. Para mí no existe versión a la altura de la novela de Dumas, aunque ésta de Richard Lester era muy divertida.
No he sido capaz de encontrar otro de los carteles que me obsesionaban, esos que había pegados a la trapa del bar en proceso de abandono del Pompeya, detrás de la tribuna. Era parecido a éste, con fondo blanco, y desde luego, mucho mejor. Para mí no existe versión a la altura de la novela de Dumas, aunque ésta de Richard Lester era muy divertida.