La guerra de las Malvinas y la privatización de las viviendas sociales a sus inquilinos facilitaron la elección de Margaret Thatcher para dos legislaturas más. A ello contribuyó también la falta de pericia política de la oposición que, a la vista de las reformas económicas thatcheristas, se radicalizó provocando una ruptura dentro del partido. La radicalización de los laboristas, demasiado dependientes de los sindicatos, favoreció la escisión del ala más moderada, formados por socialdemócratas, que fundaron un partido homónimo que, más adelante se unirían a los liberales formando el actual partido Liberal-demócrata. Este hecho favoreció la división del electorado británico opositor a las políticas thatcheristas que tan beneficioso fue para la PM.La victoria de la Dama de Hierro, le convenció para continuar con su agenda reformista que, en su segundo gobierno, tendría que enfrentarse a los sindicatos que protagonizarían una lucha a muerte por el alma del proletario británico.
La guerra de las Malvinas y la privatización de las viviendas sociales a sus inquilinos facilitaron la elección de Margaret Thatcher para dos legislaturas más. A ello contribuyó también la falta de pericia política de la oposición que, a la vista de las reformas económicas thatcheristas, se radicalizó provocando una ruptura dentro del partido. La radicalización de los laboristas, demasiado dependientes de los sindicatos, favoreció la escisión del ala más moderada, formados por socialdemócratas, que fundaron un partido homónimo que, más adelante se unirían a los liberales formando el actual partido Liberal-demócrata. Este hecho favoreció la división del electorado británico opositor a las políticas thatcheristas que tan beneficioso fue para la PM.La victoria de la Dama de Hierro, le convenció para continuar con su agenda reformista que, en su segundo gobierno, tendría que enfrentarse a los sindicatos que protagonizarían una lucha a muerte por el alma del proletario británico.