Aunque muchos me puedan acusar de perpetrar algo parecido a un sacrilegio, el libro recopilatorio de Hipólito G. Navarro, que incluye la mayor parte de su obra breve, me ha dejado frío. Sin duda influyen en ello las desmesuradas expectativas que había depositado en él. Incluso al comenzar la lectura, que arrancaba con "Sucedáneo: pez volador", sin duda el mejor del volumen y un cuento que resulta evidente ha inspirado a otros que se han hecho célebres, ardía en deseos de continuar para ver qué otras sorpresas podía depararme, pero lo cierto es que el libro se enfría cada vez más y lo terminé más por compromiso que porque me apeteciera.