Revista Salud y Bienestar
Los cálculos en el riñón o litiasis urinaria es uno de los principales motivos de consulta al urólogo. No obstante, con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, el número de visitas por piedras en el riñón aumenta debido a un mayor riesgo de deshidratación, de ahí que los expertos recomienden beber mucho líquido (entre 2,5 y 3 litros al día) y seguir una dieta variada baja en sal, en proteínas de origen animal e hidratos de carbono. “El calor favorece la sudoración y, por lo tanto, la deshidratación, lo que aumenta la saturación de ciertas sales en orina que predisponen o aumentan el riesgo de padecer una litiasis urinaria. De hecho, diversos estudios demuestran un aumento de los episodios de cólicos renales atendidos en servicios de urgencias en la época estival lo cual repercute en un aumento de las consultas especializadas”, explica el doctor Juan Antonio Galán Llopis, coordinador del Grupo de Litiasis de la Asociación Española de Urología (AEU), con motivo de la celebración del LXXVI Congreso Nacional de Urología (Málaga, 8 al 11 de junio) en el que se ha analizado influencia de la alimentación y las últimas novedades en el diagnóstico y tratamiento de la patología.
Aunque la formación de piedras tiene un origen multifactorial, la dieta y el estilo de vida son dos factores determinantes a tener en cuenta. Esta tendencia es mucho más marcada en los países con mayor nivel socioeconómico, como es el caso de España, donde cada vez más se consume alimentos ricos en grasas saturadas y en los que, además, el ritmo de vida no favorece la práctica regular de ejercicio físico. De hecho, de seguir esta tendencia, se estima que en los próximos veinte años el número de casos de piedras en el riñón se duplicarán; patología que, en la actualidad, afecta a más de dos millones de españoles.
Asimismo, la relación entre dieta y litiasis es mucho más directa en pacientes con síndrome metabólico. “A falta de datos concluyentes, se sabe que las personas obesas, que además presentan otras complicaciones como diabetes, hipertensión hipercolesterolemia, son más propensas a la formación de piedras en el riñón producidas por el ácido úrico y en menos grados de otros tipos como de oxalato cálcico”, aclara este experto.
-Síntomas y diagnóstico
La mayor parte de los casos de litiasis se diagnostican cuando el paciente acude al servicio de urgencia con un cuadro cólico nefrítico, que se manifiesta mediante un dolor brusco, intenso y unilateral en un costado y que puede extenderse a la región inguinal, genital e, incluso, al muslo. Esta molestia suele ir acompaño de otras síntomas tales como la presencia de sangre en la orina (hematuria), náuseas y dolor agudo.
En cuanto a las técnicas diagnóstico, el doctor Galán señala que “el método más sencillo para la detección de los cálculos renales es la radiografía simple de abdomen con una sensibilidad de aproximadamente del 60 por ciento que aumenta hasta el 80 por ciento cuando se combina con la ecografía”. Aún así, la Tomografía Axial Computarizada (TAC) sin contraste, incluso con baja dosis de radiación, sigue siendo el método más eficaz para el diagnóstico radiológico de la litiasis, sobre todo en urgencias, ya que su sensibilidad y especificidad son cercanas al 100 por ciento, además de que permite diagnosticar otros procesos distintos a la litiasis que podrían simular un cólico renal.
-Tratamiento
En cuanto al tratamiento, en el 70 % de los casos el paciente expulsa espontáneamente la piedra o con ayuda de la ingesta de agua de baja mineralización y diurética. Sin embargo, cuando no sucede así o se presentan complicaciones, desde hace unos 15 años se emplea diferentes técnicas capaces de fragmentar los cálculos y facilitar su expulsión al exterior.
De los que enfermos que necesitan tratamiento, en un 65-70% se opta por la litotricia extracorpórea por ondas de choque, que sigue siendo la técnica de elección para el tratamiento de esta patología. En un 20-25% se realiza una ureteroscopia –técnica que consiste en introducir un tubo muy fino a través de la uretra hasta llegar al cálculo ureteral, que se extrae o fragmenta mediante ondas de choque-; en un 10% se interviene por cirugía percutánea, de mínima invasión, y en el resto de situaciones, se emplea la cirugía abierta, que es muy poco frecuente hoy en día.
Los cálculos que son más complejos, en relación a su tamaño, dureza o por existencia de anomalías en la vía urinaria, precisan de tratamiento con cirugía endoscópica (cirugía percutánea renal o ureterorrenoscopia). Estas técnicas consisten en introducir pequeños aparatos de 3 a 8 milímetros de diámetro a través de la propia vía urinaria hasta alcanzar la piedra. Una vez allí, se aplica una fuente de energía de forma directa sobre la piedra hasta fragmentarla. En los últimos años se han producido avances en el tratamiento con la introducción del láser de holmio que permite la fragmentación directa del cálculo con la aplicación de una delgada fibra.
-Centros de referencia
Ante esta variedad de posibles tratamientos, el doctor Galán subraya la importancia de que los pacientes con litiasis “sean tratados en centros donde no manejen sólo una técnica en concreto, sino todas las opciones disponibles de tal modo que estén en condiciones de ofrecer al paciente la más adecuada en función de su caso concreto”. Por otro lado, este experto también destaca la necesidad de que en estos centros “no sólo se aborde de forma adecuada el tratamiento, sino también la prevención de la formación de piedras, mediante la realización de estudios metabólicos y el análisis pormenorizado de las piedras que forman estos pacientes”. Y es que en muchos casos, tras la litotricia, quedan cálculos residuales. Lo que sucede en aproximadamente un 30% de los pacientes, de los que en un 60% existe un alto riesgo de que las piedras vuelvan a crecer. “En estos casos”, añade el doctor Galán, “es crucial llevar a cabo un estudio metabólico para evitar los nuevos episodios”.
-Atlas de Urolitiasis
Con el fin de facilitar su diagnóstico y ofrecer el tratamiento más adecuado, la Asociación Española de Urología (AEU) trabaja en la actualidad en un Atlas de urolitiasis de fácil y rápida consulta, que estará disponible a partir de enero de 2012 en la web de la Asociación (www.aeu.es). “El proyecto, que cuenta con la colaboración de laboratorios Ferrer, tiene como objetivo ayudar a todos aquellos profesionales involucrados en la atención y el tratamiento de esta patología a identificar de manera sencilla, clara y visual los diferentes tipos de cálculos”, explica su coordinador, el doctor Galán. Así, mediante imágenes de las diferentes clases de piedras, acompañadas de una breve explicación de las mismas, el Atlas aportará información muy esquemática sobre los factores que inducen su formación, las características más relevantes y el tratamiento recomendado para cada caso.
Aunque la formación de piedras tiene un origen multifactorial, la dieta y el estilo de vida son dos factores determinantes a tener en cuenta. Esta tendencia es mucho más marcada en los países con mayor nivel socioeconómico, como es el caso de España, donde cada vez más se consume alimentos ricos en grasas saturadas y en los que, además, el ritmo de vida no favorece la práctica regular de ejercicio físico. De hecho, de seguir esta tendencia, se estima que en los próximos veinte años el número de casos de piedras en el riñón se duplicarán; patología que, en la actualidad, afecta a más de dos millones de españoles.
Asimismo, la relación entre dieta y litiasis es mucho más directa en pacientes con síndrome metabólico. “A falta de datos concluyentes, se sabe que las personas obesas, que además presentan otras complicaciones como diabetes, hipertensión hipercolesterolemia, son más propensas a la formación de piedras en el riñón producidas por el ácido úrico y en menos grados de otros tipos como de oxalato cálcico”, aclara este experto.
-Síntomas y diagnóstico
La mayor parte de los casos de litiasis se diagnostican cuando el paciente acude al servicio de urgencia con un cuadro cólico nefrítico, que se manifiesta mediante un dolor brusco, intenso y unilateral en un costado y que puede extenderse a la región inguinal, genital e, incluso, al muslo. Esta molestia suele ir acompaño de otras síntomas tales como la presencia de sangre en la orina (hematuria), náuseas y dolor agudo.
En cuanto a las técnicas diagnóstico, el doctor Galán señala que “el método más sencillo para la detección de los cálculos renales es la radiografía simple de abdomen con una sensibilidad de aproximadamente del 60 por ciento que aumenta hasta el 80 por ciento cuando se combina con la ecografía”. Aún así, la Tomografía Axial Computarizada (TAC) sin contraste, incluso con baja dosis de radiación, sigue siendo el método más eficaz para el diagnóstico radiológico de la litiasis, sobre todo en urgencias, ya que su sensibilidad y especificidad son cercanas al 100 por ciento, además de que permite diagnosticar otros procesos distintos a la litiasis que podrían simular un cólico renal.
-Tratamiento
En cuanto al tratamiento, en el 70 % de los casos el paciente expulsa espontáneamente la piedra o con ayuda de la ingesta de agua de baja mineralización y diurética. Sin embargo, cuando no sucede así o se presentan complicaciones, desde hace unos 15 años se emplea diferentes técnicas capaces de fragmentar los cálculos y facilitar su expulsión al exterior.
De los que enfermos que necesitan tratamiento, en un 65-70% se opta por la litotricia extracorpórea por ondas de choque, que sigue siendo la técnica de elección para el tratamiento de esta patología. En un 20-25% se realiza una ureteroscopia –técnica que consiste en introducir un tubo muy fino a través de la uretra hasta llegar al cálculo ureteral, que se extrae o fragmenta mediante ondas de choque-; en un 10% se interviene por cirugía percutánea, de mínima invasión, y en el resto de situaciones, se emplea la cirugía abierta, que es muy poco frecuente hoy en día.
Los cálculos que son más complejos, en relación a su tamaño, dureza o por existencia de anomalías en la vía urinaria, precisan de tratamiento con cirugía endoscópica (cirugía percutánea renal o ureterorrenoscopia). Estas técnicas consisten en introducir pequeños aparatos de 3 a 8 milímetros de diámetro a través de la propia vía urinaria hasta alcanzar la piedra. Una vez allí, se aplica una fuente de energía de forma directa sobre la piedra hasta fragmentarla. En los últimos años se han producido avances en el tratamiento con la introducción del láser de holmio que permite la fragmentación directa del cálculo con la aplicación de una delgada fibra.
-Centros de referencia
Ante esta variedad de posibles tratamientos, el doctor Galán subraya la importancia de que los pacientes con litiasis “sean tratados en centros donde no manejen sólo una técnica en concreto, sino todas las opciones disponibles de tal modo que estén en condiciones de ofrecer al paciente la más adecuada en función de su caso concreto”. Por otro lado, este experto también destaca la necesidad de que en estos centros “no sólo se aborde de forma adecuada el tratamiento, sino también la prevención de la formación de piedras, mediante la realización de estudios metabólicos y el análisis pormenorizado de las piedras que forman estos pacientes”. Y es que en muchos casos, tras la litotricia, quedan cálculos residuales. Lo que sucede en aproximadamente un 30% de los pacientes, de los que en un 60% existe un alto riesgo de que las piedras vuelvan a crecer. “En estos casos”, añade el doctor Galán, “es crucial llevar a cabo un estudio metabólico para evitar los nuevos episodios”.
-Atlas de Urolitiasis
Con el fin de facilitar su diagnóstico y ofrecer el tratamiento más adecuado, la Asociación Española de Urología (AEU) trabaja en la actualidad en un Atlas de urolitiasis de fácil y rápida consulta, que estará disponible a partir de enero de 2012 en la web de la Asociación (www.aeu.es). “El proyecto, que cuenta con la colaboración de laboratorios Ferrer, tiene como objetivo ayudar a todos aquellos profesionales involucrados en la atención y el tratamiento de esta patología a identificar de manera sencilla, clara y visual los diferentes tipos de cálculos”, explica su coordinador, el doctor Galán. Así, mediante imágenes de las diferentes clases de piedras, acompañadas de una breve explicación de las mismas, el Atlas aportará información muy esquemática sobre los factores que inducen su formación, las características más relevantes y el tratamiento recomendado para cada caso.
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