(Esta crónica no se ha transmitido adecuadamente antes por un error, por lo que se repite)
Pequeños incendios sociales por numerosas partes de España. Que crecen en número e intensidad. Renacen odios que estaban en coma, que habrían fallecido si Zapatero no los hubiera despertado.
En Madrid los primeros indignados han perdido el control del 15M. Ahora pululan agitadores antisistema, multiculturalistas como los que protagonizaron enfrentamientos con la policía en Atenas, Milán y Londres, con algún muerto indignado y “antifascista”. Ofrecen violencia y martirio.
La visita del Papa será ideal para organizar disturbios. Los sindicatos, convocando huelgas para esos días, también impulsan la agitación.
En Poyales del Hoyo, Ávila, con 600 habitantes, se ha producido un duro choque entre activistas de la memoria de la guerra civil ajenos al pueblo, y algunos vecinos, más de uno descendiente de los asesinados por el franquismo.
Activistas de una memoria que suelen mandar a sus padres a los asilos porque les resultan latosos, buscan riña reclamando paz para los bisabuelos de quienes rechazan su indeseada intromisión.
Despierta iracundo el espíritu guerracivilista de quienes exigen aplican la Ley zapaterista de Memoria Histórica para liberar su agresividad frente a unos ciudadanos que mayoritariamente quieren olvidar las guerras.
Observe el talante: el principal portavoz de los memorialistas estuvo detenido por maltrato doméstico. Los antepasados de esos reivindicadores quizás fueron los peores ejecutores: “El hijo del asesino desea ser verdugo”, dijo Gandhi.
En otras partes se organizan somatenes para enfrentarse a la policía o la guardia civil para que no detengan a turistas agresivos, delincuentes, incluso a posibles jihadistas.
Crece el reto a la autoridad estimulado por el buenismo y la tolerancia de este Gobierno, que ordena comprensión con quienes provocan conflictos y motines.
Este revanchismo y espíritu levantisco que rechaza la ley y la autoridad son el único legado de Zapatero para este país modelo Telecinco, enfrentado por su ruina moral, además de económica.
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SALAS analiza otros aspectos de la actualidad: la autonómica, la nacional y la imperial.
Nota: Estas tiras que reproduzco por cortesía del gran Armando Salas aparecen originalmente, no siempre en la misma fecha, en El Correo Gallego y en aquel viejo El Ideal Gallego que ahora es cabecera de otros periódicos.