KITT
Nos encontramos ante uno de los vehículos más míticos y recordados de la historia de la televisión, el inolvidable KITT (Knight Industries Two Thousand) o más conocido como coche fantástico, el cual protagonizó la serie del mismo nombre junto a Michael Knight (interpretado por David Hasselhoff) entre 1982 y 1986.
KITT era el coche que todo lo podía. El sueño de todos nosotros cuando éramos pequeños. ¿Quién no soñó alguna vez con montarse a este coche? ¿Cómo podía ser posible que un coche pudiese hablar y tener inteligencia? Pero es más, en unos años donde la mayoría de los coches venían pelados, con escasamente un cuenta revoluciones y un velocímetro, todos las pantallas, luces y demás indicadores que se podían ver en el salpicadero de KITT nos recordaba más a una nave espacial que a un coche.
KITT era un Pontiac Firebird Trans-Am fabricado por Wilton Knight y dotado de inteligencia artificial para luchar contra el crimen y proteger la raza humana, especialmente a Michael Knight.
Además, con independencia de la inteligencia artificial que daba vida a KITT, el coche estaba dotado de multitud de características como estructura resistente a cualquier tipo de explosiones, bombas y ataques; protección térmica; turbo; sensores de audio, rayos X; radar; conducción automática; ponerse a dos ruedas; modo silencioso; teléfono, laser; paracaídas y cualquier otro tipo de funcionalidad que se pueda uno imaginar.
El coche de Steve Urkel
Una de las series más recordadas y con más éxito de los 90 fue, sin duda, Cosas de casa, gracias en gran parte a su entrañable y excéntrico protagonista Steve Urkel. A partir de la temporada quinta comenzó a aparecer un coche extraño y que pocos conocíamos, pero que en realidad tuvo su importancia en el mundo del automóvil de postguerra, el BMW Isetta.
Urkel adquiere el Isetta por medio de su tío Cecil, que le da 50 dólares para que se lleve el coche. Desde ahí, el coche aparece en algunos episodios y adquiere una gran popularidad gracias a su curiosa forma de huevo o burbuja. Incluso algunos capítulos tienen al coche como protagonista (como aquel en el que Carl enseña a Urkel a conducir).
Este extraño coche era un BMW Isetta, una suerte de microcoche diseñado y comercializado en un primer momento por la italiana Iso tras la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de convertirse en un coche económico y que pudiese llegar a las grandes masas en ese difícil momento. Poco tiempo después Iso licenció el modelo a varias empresas automovilísticas, entre ellas BMW, que fue la que más unidades comercializó.
Este extraño coche del cual BMW vendió la nada despreciable cifra de 160.000 unidades hasta que cesó su producción en 1962, tenía particularidades como que la única puerta era a la vez el parabrisas y la columna de dirección estaba unida a dicha puerta. Estaba equipado con un motor que tenía unos 12 caballos y podía alcanzar una velocidad máxima de unos 60-70 km/h. Su tamaño era realmente pequeño, más incluso que un Smart.
Ferrari de Corrupción en Miami
Corrupción en Miami marcó tendencia en lo que a cultura pop se refiere. Su música, moda, efectos visuales y, por supuesto, los coches que salían en la serie se convirtieron en icono y referencia de la segunda mitad de los años 80. De entre todo ello lo que más fascinaba, quizás porque era lo más inalcanzable, era el Ferrari de Sonny Crockett, aunque en realidad se utilizaron dos modelos diferentes.
El primer Ferrari que salió en la serie fue un Ferrari Daytona negro, aunque tenía truco. En realidad se trataba de un Chevrolet Corvette C3 al que la empresa Beryl McBurnie había modificado para que pareciera un Daytona. En un primer momento pasó desapercibido que fuese una réplica, aunque a final de la segunda temporada el propio Enzo Ferrari demandó a Beryl McBurnie por realizar réplicas no autorizada de sus modelos. Ello provocó que la última vez en el que se vio al Daytona negro fuese en el primer capítulo de la tercera temporada donde el coche se destruye.
A partir de entonces se pasa a utilizar por Sonny Crockett un Testarossa blanco de 1986 enviado expresamente por Ferrari. El color cambió de negro a blanco porque a Enzo Ferrari no le gustaba el negro al considerar que el coche no se veía bien en las escenas de persecución rodadas por la noche. El Testarossa blanco aguantó hasta el final de la serie en 1990.
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