Los Vengadores- Noches de Wundagore

Publicado el 08 febrero 2011 por Juancarbar

Hablaba el otro día Don Álvaro Pons de los sentimientos al leer/recordar a Los Nuevos Mutantes de Claremont y Sienkiewicz. Y es que, de alguna forma, el formato Marvel Gold de Panini, no solo nos permite recuperar un puñado de buenas historias, sino que nos hace viajar hasta nuestro pasado. Cercano, o así lo queremos percibir, pero cada vez mas difuminado, cubierto de años y otros cómics.

Pero no nos vamos a poner nostálgicos ahora que el Invierno parece dejar paso a una primavera temprana. Hoy toca hablar del origen de Wanda y Pietro Frank, digo Maximoff, digooo Magnus…

Por enésima vez, recordaré uno de los errores que nunca me perdonaré: No comprar a Los Vengadores ni La Patrulla X desde su inicio en Forum. Dejé que otros lo hicieran y me dedicaba a intercambiar lectura con las series que yo seguía: Iron Man y Alpha Flight. Era aún muy niño y, cuando quise darme cuenta del error, no tenía ni dinero ni oportunidad de hacerme con los números atrasados. Y por no tener una serie a medias, la dejé a un lado. Posiblemente, me acerqué en el peor momento, ya en los noventa, pero siempre con la sensación de que me faltaba algo. La Biblioteca Marvel de Los Vengadores, terminó justo donde yo recordaba el inicio de Los Vengadores por parte de Forum. Además, el formato no era el mejor ni tampoco lo era la elección de la publicación en blanco y negro. No tengo nada en contra de ello, pero creo que las series Marvel se disfrutan a todo color y no en ausencia de ellos. Por tanto, al saber del nuevo formato Marvel Gold y de los planes de Panini con respecto a Los Vengadores, supe que la espera para disfrutar del grupo, había terminado. La Guerra Kree-Skrull, En Guerra con los Dioses, La Saga Korvac y ahora, Noches de Wundagore, descansan en mi estantería. Y dejo hueco para lo que viene.

David Micheline, Mark Gruenwald y Steve Grant, son los encargados de llevar a cabo una de esas historias que queda en la mente de todos. Los tres, aunque el primero está presente desde el inicio del tomo, demuestran como crear un guión interesante, fresco, dinámico, donde la mezcla de las historias de cada miembro del grupo, dan forma al argumento general. De forma inteligente, iremos desentrañando quienes son en realidad Wanda y Pietro, la humanidad de La Visión, las dudas de El Halcón o la eterna reivindicación de Ojo de Halcón para que sea aceptado como un vengador de pleno derecho. O la tensión a la que está sometido Iron Man o el propio Capitán América. Por separado, serían buenas historias; Unidas, crean un hilo conductor poderoso y sólido, alejado de trucos efecticistas y que se diluyen en poco tiempo. Noches de Wundagore, nos habla del germen del registro superheróico o de Howard Stark, padre de nuestro Iron Man. Juega con audacia al mostrarnos la intromisión del gobierno en el grupo o con crear coherencia dentro del Universo Marvel al hacer uso de la montaña que da nombre al tomo. En pocas viñetas, crea mas retrocontinuidad con sentido que mucha de la que hemos visto en los últimos tiempos. Apoya al trío un dibujante por el que tengo debilidad, John Byrne. Es cierto que nunca se esmera en los fondos, pero consigue que todo esté en su sitio. Que ahora se recupere su Next Men en los USA, es otro motivo de alegría para los que le seguimos desde hace años.

El tomo, que se abre con un Anual y se cierra con otro, comienza con un final. Henry Peter Gyrich, el enlace gubernamental, indica al grupo de la limitación en sus miembros. De casi pasar lo humanamente dibujable, excepto para George Pérez, a tan solo siete. Eso da pie a ver la marcha de Los Guardianes de la Galaxia y a aquellos no elegidos para formar parte de Los Vengadores. Resulta curioso que se hable de la cuota de las minorias. Se nota que en aquella época todavía los hispanos no se dejaban ver, aunque eso cambió en Los Vengadores Costa Oeste, donde tuvieron su oportunidad. La cuestión es que aquí ya abríamos el cajón para ir recuperando a miembros temporales. Justo en este inicio, vemos como la vida de la Bruja Escarlata y Mercurio, es puesta patas arriba.

A partir del momento en el que la aventura se centra en los hermanos mutantes, comenzamos a asistir a una lección por parte de los guionistas, quienes van dando forma a la idea de que lo que conocemos del pasado de Wanda y Pietro, es toda una farsa. Se combina además con el aura mágica de Wundagore y esa habilidad natural de Wanda por las artes místicas.

Termina el tomo con otro anual, en el que veremos algo del pasado de Tony Stark, cuya relación con sus padres es recordada es dichas páginas. Bill Mantlo y Don Newton, cuentan la historia de un “durmiente” estadounidense, además de adentrarse en la tabla periódica de los elementos en una aventura que les lleva a suelo soviético en plena guerra fría.

Definitivamente, Noches de Wundagore no solo nos recuerda nuestra infancia o adolescencia. También nos recuerda como es un buen cómic.