Sullivan’s travels (Preston Sturges, 1941. EEUU): Preston Sturges intentó equipararse a Jonathan Swift (autor de la mordaz novela Los viajes de Gulliver) con una de las piezas de mayor lucidez y precisión de la screwball comedy (en determinados momentos la acerca a la técnica de los dibujos animados, a razón del uso de la cámara superrápida en determinados momentos) y a su vez, quizás uno de los trabajos más autobiográficos del conocido como “cine dentro de cine”, donde un cineasta (claramente inspirado en el propio Sturges), especializado en films de risa fácil y todavía más fácil digestión abandonará su lujosa vida para conocer las miserias, y también bondades, de la vida pobre (o al menos alejarse de los lujos que su profesión le otorga), para así poder rodar un drama por el que ser verdaderamente recordado. Su recorrido le llevará a darse cuenta de que, finalmente, lo que la sociedad quiere es simplemente evadirse, entendiendo su lugar en el mundo como sencillamente necesario (“la risa es poca cosa, pero es mejor que nada en este mundo de locos”). Probablemente el film más respetado de Sturges, uno de los primeros guionistas de Hollywood que dio el salto a la dirección.
Los viajes de Sullivan (Sullivan’s travels, Preston Sturges, 1941. EEUU)
Publicado el 21 octubre 2016 por Juanjo85Sullivan’s travels (Preston Sturges, 1941. EEUU): Preston Sturges intentó equipararse a Jonathan Swift (autor de la mordaz novela Los viajes de Gulliver) con una de las piezas de mayor lucidez y precisión de la screwball comedy (en determinados momentos la acerca a la técnica de los dibujos animados, a razón del uso de la cámara superrápida en determinados momentos) y a su vez, quizás uno de los trabajos más autobiográficos del conocido como “cine dentro de cine”, donde un cineasta (claramente inspirado en el propio Sturges), especializado en films de risa fácil y todavía más fácil digestión abandonará su lujosa vida para conocer las miserias, y también bondades, de la vida pobre (o al menos alejarse de los lujos que su profesión le otorga), para así poder rodar un drama por el que ser verdaderamente recordado. Su recorrido le llevará a darse cuenta de que, finalmente, lo que la sociedad quiere es simplemente evadirse, entendiendo su lugar en el mundo como sencillamente necesario (“la risa es poca cosa, pero es mejor que nada en este mundo de locos”). Probablemente el film más respetado de Sturges, uno de los primeros guionistas de Hollywood que dio el salto a la dirección.