Los viejos amigos (octava y ¿última? entrega)

Publicado el 19 junio 2011 por Miguelmerino


De:

Gabinete Psicológico Beatriz Expósito

   C/ Corregidor Aguirre nº 15

   35001 Las Palmas de Gran Canaria

Para:

Sr. Director General de Instituciones Penitenciarias

   Ministerio del Interior

   Madrid

Con copia a:

Fiscalía de la Audiencia Provincial de Las Palmas de G.C.

   Plaza de San Agustín

   35001 Las Palmas de Gran Canaria

INFORME CONFIDENCIAL

Una vez realizadas las pruebas pertinentes (que podrán ser sustanciadas documentalmente ante un juez, si así se requiriera) al interno D. XXXXXX XXXXX XXXXXX XXXXXXX, tal y como nos encargó esa Dirección General, paso a darle informe de nuestras conclusiones.

El paciente presenta un cuadro agudo de misantropía, que le impide relacionarse de manera lógica con el resto de la sociedad. Debido a ello, y con el fin de poder dar salida a su necesidad sociológica, ha ido creando distintas personalidades a medida de sus necesidades, lo que ha derivado en un Trastorno de Identidad Disociativo. De esta manera, cuando necesita una opinión sobre sus escritos (es escritor compulsivo), entra en acción su personalidad lectora y la hace aparecer en el propio escrito como un personaje más. Del mismo modo, cuando quiere discutir sobre un libro (es lector compulsivo), o un autor, o una tendencia literaria, hace aparecer otra personalidad con una opinión contraria a la suya, para de esta manera poder mantener un debate y dar a conocer sus opiniones y argumentos. Lo mismo ocurre con sus opiniones políticas, sociales y de cualquier índole, de manera que puede ser de manera simultánea, de izquierdas (Don Rojelio), de derechas (Don Pepino), marginado (Luis el pordiosero), clase media (Juan Aparicio), crítico impertinente (el espontáneo tocahuevos), bufón pseudo filósofo (Miki el Bufón), etc., etc., etc.

No consideramos peligroso al paciente, ni para sí mismo, ni para el resto de la sociedad, aunque recomendamos que se prolongue su internamiento hasta completar su tratamiento psiquiátrico, pues entendemos que en un régimen de libertad, dicho tratamiento no sería posible debido a la oposición del propio paciente.

Quedamos a su disposición para cualquier aclaración o ampliación de lo aquí expuesto.

Firmado: Beatriz Expósito Calvario