SINOPSIS
Arturo Iglesias es un joven periodista de vida laboral errática. Tiene que morir su madre para que empiece a hacer su vida. De la mano del viejo escritor Mateo Duque, profundizará en un enigma literario que le dará más respuestas de las que estaba buscando.
Calificada por Luis de Luis como la combinación definitiva de Dino Buzzati y las películas de Sergio Leone, Los viejos papeles combina el mundo interior con un código de honor insobornable, y nos presenta unos personajes que caen víctimas de sus ideales.
David G. Panadero, creador de la revista Prótesis, aprovecha sus extensos e intensos conocimientos de la novela popular española para ofrecernos una mirada nostálgica pero nada complaciente al mundillo de las novelas de kiosco. Como telón de fondo, el Madrid de tiempos de Franco, los sindicatos y los intentos de convocar una huelga general… Todos ellos son ideales fracasados que arrastran a sus personajes.
OPINIÓN DE CAROLINA MÁRQUEZ ROJAS
Tengo muchos viejos papeles en casa. De otros muchos me he desprendido o, mejor, lo han hecho otros por mí, pues yo he sido siempre incapaz de hacerlo, de romper con ese vínculo hacia el pasado que representan esos papeles. Todos conservamos en papel muchos momentos de nuestras vidas, y lo hacemos porque desconfiamos de la memoria; ésta nos traiciona y gracias a lo que un día escribimos podemos recordar la verdad en torno a lo que sucedió.
Quiero dar las gracias a mis amigos de Ngc Ficción, una vez más, por permitirme participar en sus proyectos y por compartir grandes historias de grandes autores.
He leído este libro con curiosidad e interés. Yo crecí rodeada de libros; desde muy niña los libros campaban a sus anchas por todos los rincones de mi casa, gracias a mi madre, la más grande lectora que he conocido nunca. Ella leía libros “serios” y yo se los robaba –aún guardo muchos de aquellos libros, ediciones de hace 30 o 40 años-. Lo que me pregunto, ahora, es de dónde salían aquellas pequeñas novelas de quiosco: relatos de Marcial Lafuente Estefanía, Corín Tellado, Carlos de Santander, Clark Carrados, Zane Grey, Silver Kane… creo que pertenecían a otra persona y no sé cómo llegaron hasta mí.
Esas novelas se convirtieron en viejos papeles para mí: daría lo que fuera por volver a tenerlas en mis manos porque seguro guardan recuerdos de aquella etapa de mi vida. Ya no las tengo y con su pérdida se van mis memorias y parte de mi pasado.
He de darle las gracias a David G. Panadero por convertirse en uno mis viejos papeles. Me ha hecho recordar momentos que creía olvidados para siempre. Con su forma de narrar tan sencilla me ha introducido en la relación entre dos personajes que representan pasado y presente, acaso el futuro compartido. Una interacción entre dos seres que se lo cuentan todo, absolutamente todo, la verdad sale a la luz como así debe ser, a través de un relato inacabado que es el resumen de sus propias y auténticas vidas, bajo la ambientación de un Madrid franquista en el que toda forma de oposición, toda opción sindicalista, toda idea de libertad era cruelmente aplastada arrastrando muchas vidas al ocaso y la desolación.
Todos tenemos viejos papeles y Panadero me ha ayudado a reencontrarme con los míos.
Gracias por devolverme parte de mis recuerdos…
CAROLINA MÁRQUEZ ROJAS