"El romano, como el griego, siempre iba pensando en la vid como productora de vino, y sólo secundariamente de otras cosas como las pasas.
Para los musulmanes fue otra cosa. El Corán prohibe el vino, si bien esta prohibición, como todas en todas las religiones, ha sido quebrantada con más frecuencia de la que los buenos religiosos están dispuestos a admitir. Pero quedan todavía los usos de la uva como fruta, la de las pasas, la del vino como medicina, la del vino como fuente de las destilaciones (fueron los alquimistas árabes los que obtuvieron el alcohol) y, por supuesto, el vino que cantaron y cataron los poetas musulmanes, en particular los de al Andalus."
AL AWAM. Libro de Agricultura. Traducción: J.A. Banqueri. Introducción, edición, notas y comentario: José Ignacio Crespo Salmerón. Junta de Andalucía. Consejería de Agricultura y Pesca. Empresa Pública para el Desarrollo Agrario y Pesquero, S.A., Málaga, 1999. [Citando a Pérès en nota 211, pág. 322].
Casi nada se sabe de ibn al-' Awwā = Abū Zakariyā' Yahyà ibn Muhammad ibn al-' Awwā al-Išbīlī, natural de la Sevilla almoháde, como su patronímico indica (al-Išbīlī = El Sevillano). Era un rico propietario de tierras que vivió durante parte de los siglos XII y XIII en El Aljarafe = al-Šaraf, donde practicaba la agricultura, según comenta en su obra, y también, parece, que viajó bastante. El Aljarafe, en la margen derecha del Guadalquivir, ha sido, hasta su reciente conversión en dormitorio sevillano, muy rico en huertos, olivares, viñedos y cítricos.
Es el autor de un extenso tratado agronómico titulado Libro de la Agricultura = Kitāb al-filāḥa, escrito hacia fines del siglo XII, o entre el final del siglo XII y los comienzos del siglo XIII (época de paz en la que no existe peligro de avance cristiano sobre la Sevilla almoháde). Es el único texto que se conserva completo. Muy influenciado por la compilación llamada Geopónica atribuída al griego del siglo VII Casiano Baso, el Bizantino, y que se editó en el siglo X, y, del Libro de la Agricultura Nabatea o Kitab filaha al-nabatiya, obra de Ibn Uahsiyya, que vivió hacia 900 y compiló los conocimientos de los antiguos nabateos y los cultivadores mesopotámicos que contiene elementos agronómicos y mágicos. Los nabateos eran árabes de una rica zona agrícola, cuya capital era la legendaria Petra (hoy en Jordania).
La obra está dividida en dos partes. La primera abarca los capítulos 1º al 17º y la segunda hasta el capítulo 34º, aunque, en el prólogo, anunció el capítulo 35º, no lo escribió. Su importancia radica: es una obra completa, el contenido está ordenado, presenta un modelo sistemático, compila las teorías agrícolas de los autores andalusíes anteriores, recoge los conocimientos de los clásicos, directamente o a través de los autores andalusíes, recoge los conocimientos de la tradición oriental nabatea, está desprovista de argumentos teosóficos dándolos racionales, para explicar los efectos de las labores atienden al equilibrio entre sol, suelo y agua, describe el riego por goteo (los andalusíes son expertos maestros del uso del agua), la importancia de las cucurbitáceas (calabaza, sandia y melón), en invierno, bajo protección y el uso de la reproducción sexual de las plantas para mejorar la fructificación, llegando a la polinización forzada.
Estamos en los prolegómenos de la Agricultura científica y sostenible. En la vida civil y religiosa se sigue el "calendario lunar", el autor siguió el "calendario solar o sideral", normalmente, el "calendario sirio". Llamó ánsarat al 24 de junio. No escribió sobre la elaboración del vino en general, pero trató sobre el cultivo de la vid, la obtención de las pasas, la destilación, los arropes y la elaboración de los vinos dulces. También trató de los usos medicinales del vino.
La división del códice en artículos, secciones y párrafos se debe al copista Hodar y al traductor Banqueri.
Miguel Casiri de Gartia [de Gaeta] (1710-1791), maronita libanés y traductor de árabe, descubre en la Biblioteca de El Escorial, después de su incendio el 7 de junio de 1671, la obra de Al Awam y comienza su traducción, junto con Campomanes, dos de cuyos capítulos anexa a otra obra agronómica que se publicó en 1741. El traductor y terciario franciscano, Josef Antonio Banqueri (1745-1818), discípulo de Casiri y de Hodar, desde 1779, y protegido del ministro Pedro Rodríguez Campomanes (1723-1802), continúa con la traducción de la copia del manuscrito realizada por el monje antoniano moronita Pablo Hodar (1720-1780) y que había concluído en 1762. Por fín se publica en Madrid en 1802.
Por su interés destacamos los capitulos 8 (injertos), 14 (curación de daños causados), 15 (uvas y pasas) y 30 (destilados, arropes, vinos y vinagres), y, en especial, lo exhaustivo de los métodos de destilación en el citado capítulo 30, así como las interesantísimas notas de Crespo Salmerón
1741: Publicación de dos capítulos de la obra (17º y 19º), traducidos por Casiri y Campomanes, como anexo en otro texto agronómico (Cultivos de la tierras de Duhamel du Monceau/Jethro Thull). 1802: Publicación del texto completo de la obra, en edición español-árabe en paralelo, traducido por Banqueri
1878: Claudio y Estéban Boutelou Soldevilla publican un resumen de la obra.
1988: El Ministerio de Agricutura, Pesca y Alimentación publicó una edición fascimil. 1999: La Empresa Pública para el Desarrollo Agrario y Pesquero, S.A. de la Consejería de Agricultura y Pesca publica una edición anotada. 2003: El Servicio de Publicaciones y Divulgación de la Consejería de Agricultura y Pesca en la colección El arado y la red publica una reimpresión de la edición de 1999 [Esta edición existe en versión electrónica gratuita que se puede obtener aquí ]