Mira ahí tu casa
la ciudad enroscada por tus huesos
la ciudad pálida
incapaz de acogerte
Caminas como fuera de ti
en blanda soledad
en desconfianza, en abandono
con tu habla paralizada
al borde de las palabras
cuando éstas se enmarañan en tu voz.
Y nada más
nada más
que tus pasos apagados
por la algarabía de gritos y de bocinas
Buscas debajo de qué postigos
podrías detener tus pasos.
has sido una mujersin importancia
una cinta, un anilloencontrado en la arenauna risa
resonando entre combate y combate
has cruzado ya maresnegros como tu vientre
sólo para captarel vértido de una danza
iniciada a la edad en que se creeamara los hombres que se ama
buscar ahora un lugardonde no dé tu sombra
motivo alguno a la nostalgia.
Louise Dupré en Diez poetas canadienses (2008).
Traducción de Francisco Torres Monreal.